Páginas

jueves, 27 de diciembre de 2012

14ª Jornada/VI año: Miércoles, 19 de diciembre de 2012





VERS LES NUAGES (Hacia las nubes)




-Madrid, 20 de julio de 1808, días antes de la designación de José I como Rey de la España ocupada por los franceses-



El futuro rey José I es anunciado en el Café Ruiz. En un círculo de hermandad, entre sorbo y sorbo, allí se reúne parte de su séquito que siempre le acompaña: Monsieur Javier, Mademoiselle Rocío, la Parisienne Paloma, la Grand Poéte Marie Antoine, el Capitaine León, el Garcon Fede y las “trois petites filles”: Paloma S., Ana G. y Alma P. Más tarde, se unirían otras personalidades…

El rey había llegado de Bayona, y antes de seguir con sus compromisos políticos (le esperaba la coronación el día 25) había citado a sus consejeros en el mejor Café de la capital del reino. Ya que Napoleón, su hermano, le había encargado la difícil misión de dirigir la patria de Cervantes in situ –no en vano, se lo había agradecido en una carta no exenta de efusividad, poniendo los puntos sobre las íes -, se sentía plenamente un Bonaparte.

Los allí presentes se habían enfrascado en una conversación variopinta. Eran consejeros distinguidos, venidos a Madrid con los apuntes de la nouvelle de José: “Pablo y Virginia”, que según el Capitaine León, iba a dar mucho que hablar. El rey José quería terminarla, y para ello se iba a rodear de lo más distinguido de la ciudad castiza. Quién lo iba a decir, un rey que se dedica a la literatura… Preparaban el terreno, apartaban los moros de la costa. Eran sus chambelanes de palacio, ansiosos de que el rey entrase por la puerta del Ruiz. La Grand Poète Marie Antoine saca sus sales, por si pudiera desmayarse, porque también lamenta no dar sus versos a Luis Alfonso, cierto personaje distinguido, venido de la patria mexicana que conquistara, años después, los archiduques Maximiliano y Carlota.

-Un roi qui a fait une nouvelle!-exclamó León. Señores-continuó el consejero, hay que tapar el rumor de la gente. Dicen por ahí que nuestro José es Pepe Plazuelas y Pepe Botella. Propongo salir a las plazas para conquistar al pueblo, pero con buena literatura. Esto es: suelta de palomas, globos y diversos panfletos para darle a conocer; conquistar sí, pero con educación, no con alevosía. Hay demasiados tiros en esta ciudad. Hubo hace poco en Madrid un fusilamiento masivo, el 3 de Mayo…me lo acaban de decir.

La Parisienne Paloma -¿o era la Mademoiselle Rocío?-contesta que se discuta otra cosa, por ejemplo, “La absoluta ingravidez de los tiovivos”. Todos aplauden la ocurrencia. Oh, lá, lá…Un certamen de microrrelatos, cuyo tema debía ser un viaje en calesa, fue tema de discusión enaltecido. Se propone contactar con los no premiados, para dotar de ideas a la nouvelle, aunque al final habría que buscar un traductor o traductora para que se publicase en España. Se pensó entonces en una tal traductora Gutiérrez…

On y est!- exclama Monsieur Javier.

Monsieur aprovecha para leer un poema de Tiago Nené, en portugués, que nos traslada a Oporto de repente. Y también a Japón, con el poema titulado “El bosque de Aokigohara”. Templa su voz con otros dos: “Música de carrusel y despedida…” y “Rodea la taza de café con las manos…” Toda una Babel de lenguas. Y olor a café, a tisana y a pommes de Paris. Nada de alcohol. Le Capitaine apostilla: “El robo es válido si va seguido de un asesinato”. ¡De Victor Hugo! Las frases para nutrir la nouvelle aumentan, y parecía construirse un centón con cada palabra, con cada sorbo, con cada reflexión:



Las estaciones de autobús son paréntesis que se abren,                            de Monsieur)

barro que se te pega a los pies.               (también de Monsieur, robado de la Parisienne).

A quién agradecer esta alegría,                                                                 (de Capitaine)



como Irene: sin trabajo, sin pareja, sin futuro.                                    (de la Parisienne)



La petite fille Paloma S. lee en voz alta: L, homme et la femme philosophent sur la table…

Vers les nuages!!

El Garçon Fede ha de marchar mientras la petite Ana G. avanza un verso futuro del siglo XX de un poeta español, Manuel Altolaguirre: “Escucha mi silencio con tu boca”. Será el poeta-editor de la Generación del 27.

Poésie espagnole.

L'autre Ana, Ana Delgado, lee con su voz cadenciosa e hipnótica, bellos poemas de su poemario dedicado a Scherezade.

El propio rey José I, todos son testigos de su emoción, abraza a los poetas presentes, su séquito. Pide para llevar en su memoria un último poema a Ana Delgado, que el propio monarca repite mientras sale del Ruiz y sube el peldaño de su calesa:

“Si me hubieses dicho, Scherezade”

Alguien, quizá el Capitaine León o todos al unísono, grita un rotundo Vive la France, Vive le Roi.





Federico Monroy - Javier Díaz Gil
27 de diciembre de 2012

martes, 18 de diciembre de 2012

13ª Jornada/VI año: Miércoles, 12 de diciembre de 2012

el Ruiz se convierte en una sala de música..

Cuando me vienen las sombras del presente, procuro diluirlas con el Arte. Es como si me diera un baño de belleza, lo que mejor hay dentro de cada ser humano, su forma especial y única de entender el mundo. Así, el Ruiz se convierte en una sala de música en la que puedo bañarme a gusto todos los miércoles, y la palabra, que es también música, tiene su aposento en todos y cada uno de los que asistimos.

José León, con su LUNA LLENA adquiere sonoridades de saxo, y "donde todas la sombras callan" crea la estructura de un universo de sensualidad que, aliado con el misterio nocturno, nos hace cerrar los ojos e imaginar habitaciones entrando en el ocaso.

(¿Qué pasaría si la luna se convirtiera en hombre, en protagonista masculino de un relato breve? Paloma lanza el guante a los que les gusta el campanilleo de pocas palabras para plasmar realidades....)

Luis Alfonso nos coge de la mano para llevarnos al enrevesado mundo de los habitantes de la Grámatica, pegados al ENTRAMADOR, tan abrumado por su laberínto, que necesita ayuda de una hada, de la niña del sur y de todas las genealogías que nos hablan de verbos, sustantivos, adjetivos... toda una orquestación en la que resuenan timbales, maracas y guitarrones. Su imaginación no se hubiera conformado con otro tipo de instrumentos, para sus explosiones, sus acentos gauchos y sus reflejos de diamante. Seguro que Benedetti le hubiera ayudado destrozando muchas normas con su solo de batería.

¿Y qué decir del DESORDEN de Federico? Sólo un extraordinario pizzicato de violín hubiera podido ponerse a la altura de su poema y de sus imágenes aparentemente opuestas en el espacio, el vuelo de alguién que ama...

(Y vaya búsqueda del origen de la palabra flamenco: una palmadas llevando el compás nos aclaran que el fuego (flamma) ya lo dicen los romanos, pero también nos llegan el ruido de las batallas de los tropas flamencas que hace siglos llegaban a España. )

Alberto lee un poema de María Antonia, la oposición entre la libertad y naturaleza pétrea que quedó del pasado, tambor y oboe en connivencia.

Isabel mece la copa de todos los árboles que la hechizan, con un deslumbramiento que nos trae sonoridades de cascabeles.

Y la sombra del tejo, nos trae la música del acordeón. Me debato entre los juegos en el ocaso, y un espejismo que me ha hecho errar en el ritmo de los versos, con estridencia de platillos, que debo moderar...

Paloma cuenta la historia de un joven que vuelve a la casa de sus padres, inicio de su novela en agraz. Y sobre el piano bailan sólo dos dedos con notas lentas y espaciadas.

Alma, con las trompas de caza de Artemisa, atrapa en las redes a Acteón, pieza a abatir por la virginidad enfurecida de la Diosa.

Javier y su semblanza de Berlín, en sus momentos oscuros, hace resonar a Wagner.

Los caballos hermosos de Carlos nos regalan el sonido agudo de la flauta de Pan, esperándolos para galopar con ellos.

María Juristo, saliendo de la nada, termina en una hermosa voluta que nos habla de la esperanza.....y las notas de su arpa fortalece nuestro impulso de buscadores de almas...


Y finalmente, un poema de Garcia Lorca, en los labios de Ana, cierra con el broche de amores prohibidos el final del concierto.

Leo llegó sin tiempo para disfrutar de la música. Despedidas a nuestro mejicano que regresa a su tierra, y que seguro, seguro, que vuelve para hablarnos de sus h, de sus z, y de sus c.


Cinta, que os saluda a todos.
Sábado, 15 de diciembre de 2012

miércoles, 12 de diciembre de 2012

12ª Jornada/VI año: Miércoles, 5 de diciembre de 2012

El huérfano que perdió su rosa y ganó un puñal



Hace tiempo que vengo al bajel y sé a lo que vengo:

A que se me desplieguen las velas de la imaginación, a que mi pulso dirija el vuelo de las mariposas, a que me baje el colesterol de la tristeza.

De modo que siempre salgo del camarote de los Hermanos Ruiz mucho más rico de lo que entro.

Pero el último periplo superaría todas las expectativas.

Pues a pesar de lo que está cayendo, la briosa banda del Rascamán –nave veloz y marinera como pocas– realizó una de sus más enriquecedoras travesías, en el Mar de la Intranquilidad y en la calma chicha, arrebolada de tempestades, que precede al fin del mundo previsto por los mayas.

Quien esto escribe subió a bordo antes que nadie, para intentar leer un rato (perdón, un ratito y con minúscula) antes de que fuera llegando el resto de la piratería. Sin embargo, su deseo se vio felizmente frustrado por el abordaje de una de las dos palomas que nos traen mensajes del paraíso portando en el pico una rama de olivo. Y poco a poco, tras Paloma Hidalgo, fueron apareciendo los demás, según se va relatando en este cuaderno de bitácora de modo desordenado, montaraz y libertario:

Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad...

No me queda más remedio que empezar por lo más importante. El grumete Andrés París, huerfanillo parisino recién incorporado a la tripulación, mozalbete de bachillerato, con el aspecto recatado de quien parece no haber roto un plato en su vida, ni violado a monja alguna, nos mojó a todos la oreja, y de qué modo, con su maravilloso poema sobre Los Miserables. A él se debe el título de esta crónica, extraído de su poema, que ya conocemos, publicado en nuestro rinconcillo cibernético.

Porque hay que ver cómo escribe el imberbe, que no implume:

“Las mariposas de hierro afilan sus trompetas
bajo la atenta mirada de los fusiles descorazonados…”

Voy a proponer al boss que nombre a París vigía de sirenas desde la atalaya que sostiene el palo de mesana.

Y como soy el más veterano de cuantos acudimos aquella noche memorable, me arrogo el privilegio de nombrar a dicho grumete Caballero de los Mares del Sur, amén de Emisario de Rimbaud y Lugarteniente de Huidobro. Si no lo desbaratan los años, las envidias y las vanidades, mucho se oirá de él en los próximos tiempos, si es que hubieran próximos tiempos y los mayas no tuvieran razón.

(Espero que no la tengan, que la primavera está a la vuelta del equinoccio, y los arbolillos que veo desde mi ventana, ignorantes de presagios, han comenzado a verdear capullos).

Si he de hablar de mí, diré que solté dos sonetos (¡Qué le vamos a hacer!) en cuanto levamos anclas. Son antiguos, como uno mismo, y hablan de la terminación de los tiempos, precisamente:

“Suave temblor, hermosa desventura
de la hoja desprendida; zigzaguea
rubricando su muerte, cuando crea
una ilusión de vuelo, pero oscura…”

O este otro, que comienza así:

“Clamando por un vaso en el ocaso
que fuera por mitad vino y cicuta
dictaminó al final que toda ruta
en la amargura acaba de un fracaso…”

Más vale que soltemos primero las lágrimas y dejemos luego paso a la alegría; para que los nuevos tiempos comiencen han de acabarse los viejos, y en eso estamos.

La primera alegría llegó en la voz de Paloma, como no podía ser de otro modo, al contarnos un mini relato en el que, tras citar “universos perpendiculares”, se trata de un recién nacido cuyo cordón umbilical salva la vida de su hermano mayor, por uno de esos milagros de la genética.

Paloma es de las que deja que nos deslicemos por sus palabras, sin entender nada, hasta que la última nos abre de golpe las puertas de la percepción. Una maestra. Tiene un gancho con el que borda los abordajes como nadie, a golpe de certero trinquete.

No rielaba la luna en parte alguna, pues estaba el cielo encapotado y comenzó a soplar un Norte aterrador por los mares de Malasaña.

Pero aunque crujiera el maderamen del Rascamán, allí estábamos todos juntitos, tan calentitos, mientras la bucanera Copado, mujer que ama interminablemente, me daba para que leyera en voz alta uno de esos poemas suyos que combaten al otoño juntando a partes iguales el sexo y la ternura “y nada más…”. Chapó, María Antonia, cómo nos atraviesas y qué bien nos desnudas con las cavilaciones de tus sueños para mayores de dieciocho años. Larga es la noche, y a veces larga la travesía de la vida, pero nos acunan los poemas de la bucanera.

Javier, nuestro jefe, que tiene más de Peter Pan que de Capitán Garfio (le voy a regalar una campanita –no una Campanilla, que le tengo echado el ojo a una y me la reservo- una campanilla, digo, para cuando se desbande la banda de la bandera negra); Javier, repito, aprovechando un leve amaine de la tempestad, nos leyó un poema melancólico que suscitó comentarios favorables y algún pero de este servidor, pues es el capitán grandísimo poeta –especialmente desde que realizó su maravilloso periplo por el Japón y nos trajo soberbias perlas- y no debe bajar la guardia. Pero qué hallazgo soberbio ese suyo, cuando compara ojos femeninos con “dos peces en mitad de la noche…” ¡Chapeau!

Amparo, que sabe traducir los versos de la Pérfida Albión como nadie, nos llenó, ya que no las gargantas sí los oídos, con el más fogoso ron caribeño, y levantó la euforia de la manada tras verter su vena poética en el lustroso tonel de Góngora; ahí es nada su poema, encabezado por un metálico verso gongorino: “Infame turba de nocturnas aves”:

“El ojo negro del silencio en llamas…”

¿Y qué más decir? Que José María Herranz nos leyó un bello poema homófilo, con ciertos resabios villenenses muy bien colocados; que María Jesús Briones deleitó a la eufórica concurrencia con un gracioso entremés, el diálogo entre el conserje y un visitante a sitio oficial y nos partimos de la risa, y recordamos aquella frase memorable suya en la que se cita la sequedad de una vergüenza masculina tras haber sido exprimida, vaya usted a saber por quién y con qué lúbricas intenciones.

Que Alma y Ana, esas dos rehenes que capturamos de otros buques de menor arboladura, dejaron en el aire el aroma exquisito de la poesía más alta, un ejemplo del poemario de la primera “Las ciudades del agua”, y un poema de la segunda que transcurre en el metro, del que recuerdo “si tu olor es tan dulce, suponía que tu voz lo sería más…”

Otrosí digo, que nuestra última incorporación, el mexica Luis Alfonso, nos deleitó hasta las cachas con su Conversación con el Albañil, un relato digno de Juan Rulfo en el que se retrata espléndidamente el alma sufrida y explotada del pueblo azteca. Ahí no más, pos oigan: “Me petateo de hambre –dice el Albañil en su “Oración pa' muchos”- a puro frijol y masa…”

¡Órale, manito Luis, que esta es casa! Y vuelva a navegar con nosotros cuando quiera.

También diré que a nuestro estupendo Vicente le dio un algo (¿Tal vez un mareo, pese a lo bragado marinero que es?) y saltó de inmediato por la borda sin decir esta boca es mía.

Espero que no lo hayan devorado los tiburones.

Otros más estuvieron y dijeron, y bregaron y lucharon. Alberto, el vasco; la otra Ana de mis pecados, la gallega; Leo con su “Isla mía” y su lectura de León Felipe; Juan Antonio: “Dineros y amores, fuegos de artificio…” ¡Brava tripulación!

Pido perdón a todos, por mis olvidos, que flaca es la memoria del anciano y larga su melancolía.

José León Cano
11 de diciembre de 2012

martes, 4 de diciembre de 2012

11ª Jornada/VI año: Miércoles, 28 de noviembre de 2012


Tú no sabías Paloma cuántas cosas habíamos vivido ya en Rascamán cuando tú llegaste.



Bitácora del 28 de noviembre. 1ª parte

Rocío Díaz Gómez
1 de diciembre de 2012


Tú no sabías Paloma quién estaría en el Ruiz cuando llegaras. No lo sabías pero, estuviera quién estuviera, tú harías la bitácora de ese miércoles. Porque te lo habías propuesto, aunque pensaras que los buenos propósitos tienen fecha de caducidad. Te lo habías propuesto aunque pensaras que la buena voluntad de estar más callados en la tertulia, hacer la bitácora y demás, durarían quince días escasos, porque después uno se relaja y se olvida...

Tú no sabías Paloma que ese miércoles que tú escribiste la bitácora, la tertulia había casi comenzado cerca de las seis y en la otra parte del café. Allí se habían reunido León, Juan Antonio, María Juristo, Isabel Moirón y otra persona que luego se identificaría como Juan Mainez, cuando llegara Javier. Aunque al mismo tiempo Juan Manuel ya estaba cogiendo sitio en el lugar acostumbrado y Rocío se unía a él. Con todos ellos juntos ya en el lugar de siempre comenzó aquella tertulia del miércoles 28 de noviembre de 2012.

Tú no sabías Paloma que cuando llegó Javier, León presentó a aquella persona nueva en el Ruiz, pero conocida de casi todos de otros foros: Juan Mainez, de forma curiosa. León dijo aquello de que “es Don Juan un manchego preclaro, de escritura tersa”. Definición que, al menos a Rocío, le robó una sonrisa. El interpelado siguió su propia presentación como alguien que se considera más Sancho que Quijote. Y se sentó con nosotros.

Tú no sabías Paloma porque aún no habías llegado, que allí ya estábamos hablando de revistas literarias mientras tú te preparabas para unirte a nosotros. Juan Mainez trajo un ejemplar de una revista literaria: “Troquel”, que comenzaba su andadura. Revista que iba a ser semestral y a la que se accedería por rigurosa invitación de los que la coordinaban. Isabel Moirón mostró su ilusión por salir en ella, aunque afirmó que ella escribe en “Trampolín”, que sale cada dos meses.

Tú no sabías Paloma que la primera media hora de cada tertulia es diferente pero está muy bien. Entonces todo es más relajado. Entonces el humo de los cafés recién puestos sobre la mesa de mármol anticipa el sabor a la buena literatura, anticipa el ruido de las voces que vendrán al cobijo de las palabras. Y es esa primera media hora la delicia del placer anticipado. Porque aún no hay prisa por leer, aún somos un grupo reducido de Rascamanes. Y se habla de aquí y de allá, de lo humano y lo divino, de dónde surgió el nombre del pueblo de Jorquera, o de la presentación del último libro, “El pulso de las nubes”, del escritor Lostalé en la tertulia Montesinos. León nos cuenta que acaba de comprarse “Como agua para chocolate”, justo antes de indicarle al cabizbajo Aure, que termina de llegar, un remedio casero infalible para no constiparse: dormir con calcetines de lana. ¡Y mucha miel! Dice otro. ¡Mucha miel! Qué familiar es entonces la tertulia. Qué cercana.

Tú no sabías Paloma lo agradable que suele ser esa primera media hora o algo más de la tertulia. Cuando aún se hacen cábalas de si seremos muchos o solo llegaremos a constituir “Lo que queda de Rascamán”. Ese tiempo sin tiempo, como dice María Juristo, cuando cada uno se presenta diciendo si le duele esto o lo otro, si ha tenido un buen o mal día. Y aunque una de nuestras máximas, es que a la tertulia hay que venir llorado, en ese tiempo sin tiempo no importa verbalizarlo para desahogarse un poco, porque la tertulia aún no ha empezado del todo. Y Juan Manuel confiesa que ha estado malo, y luego Aure también. Y María se queja de su espalda, y Rocío no se queja pero lo haría, vaya si lo haría. Javier teme que le tocará de nuevo hacer la bitácora y a Isabel le apena una noticia doméstica que le han dado hoy. Y es la vida, la vida Paloma, antes de la literatura, la vida que no puede estarse callada.

Tú no sabías Paloma que antes de llegar tú al Ruiz, León nos leyó el último poema de su primer libro. Un primer libro con un título tan sugerente como: “La inteligencia azul de los delfines” donde había versos como “Signos de mar encuentro en tu saliva”.

Tú no sabías Paloma que hubo mucho debate metaliterario justo después, porque los Rascamanes que allí estábamos nos preguntamos: ¿El poeta escribe un solo poema a lo largo de su vida? Y alguien dijo: “El poeta mira más allá que el resto de los mortales”. Y otro contestó: “El poeta escribe lo que no es, ni va a ser. El poeta está en una actitud de búsqueda. Es una necesidad para él hacer versos”.Porque, según contestó otro, cada persona tiene siempre sus obsesiones, su tema, que al final sale más o menos disfrazado tras su escritura. ¿Y quién dijo aquello de que en poesía de pronto viene el Demiurgo que comunica a los hombres con los dioses y te sopla al oído el primer verso? Creo que fue León. Aunque todos estuvimos de acuerdo en que ese primer verso, esa primera frase para un relato pensé yo, puede venir de pronto, o escuchando música, o leyendo un libro... en cualquier momento. Aunque en el fondo del escritor prevalece una predisposición a cazarlo, una búsqueda.

Tú no sabías Paloma que María Juristo habló de aquella película “Descubriendo a Forrester” de Sean Connery, donde se habla del escribir... Tú no lo sabías, no, pero debatimos mucho sobre el proceso de escritura. Y ya nadie hablaba de lo que le afligía, sino que ya era solo literatura lo que nos robaba la voluntad y nos centraba y nos unía.

Tú no sabías Paloma que Juan Manuel también leyó su poema “Las horas”. Un poema que tenía tanta música... Un poema implacable, donde los versos caían con contundencia de tiempo pasado, en una gradación creciente de significado. El poema que nació de la enfermedad, confesaba Juan Manuel con esa voz queda y pausada.

Tú no sabías Paloma que poco a poco dejamos de ser “Lo que queda de Rascamán”, porque fueron llegando más Rascamanes al Ruiz. Y se nos fue uniendo Alma Pagés, Ana Gonz, Esther, José María Herranz, Carmen Fron...

Tú no sabías Paloma que luego leyó Juan Antonio un relato titulado “Pasarela” inspirado en el cuadro “El almuerzo” de Velázquez donde se representan las tres edades. Y en algún momento llegaste tú Paloma, y nos viste desde la ventana, anticipando una charla con cerveza. Y llegó Vicente también, poco después.

¿Sabías Paloma que Juan Mainez nos leyó el poema “Solo deseos”? Ese que decía: Quiero tallar mi biografía... ¿Sabías que María Juristo leyó un relato hiperbreve titulado“Las cámaras”? ¿Cuándo llegaste Paloma? ¿Cuándo te dijo alguien ¡Cuánto has leído Paloma!? ¿Cuándo fue que tú contestaste: “La lectura es un acto trascendente, ni follar es así de importante...”? Qué revuelo se organizó. Qué revuelo tan divertido. ¿Cuántos no estuvieron de acuerdo? Desde luego León no lo estaba.

¿Sabías Paloma que Isabel Moirón nos recitó de memoria un poema de Gloria Fuertes titulado “La vida es una hora”? Creo que sí, que ya estabas...

En algún momento te nos uniste a los Rascamanes. Y entonces Javier nos preguntó qué poemas pensábamos que podía leer en su lectura de Oporto. Y él ya había elegido los dos que a mí me gustan: El de la contorsionista y el de las ventanas que miran al mar... Y los demás dijeron: El de los suicidas, el de los suicidas...

Tú no sabías Paloma cuántas cosas habíamos vivido ya en Rascamán cuando tú llegaste. Ni yo sabía todas las que viviríais después de irme yo. Porque qué lástima tener que irse y dejar allí a todos los Rascamanes. Pero al menos me iba con el tacto de la arena en los dientes, ¿Te vas ya Panocha? decía Vicente, me iba haciendo malabares con los tres versos de un pequeño poema que nos leyó Javier:

Mi casa

Te y arroz

La serenidad.

Y allí quedabas tú Paloma, allí quedabas tomando el testigo del Cuaderno de Bitácora, comenzando tu bitácora de ese miércoles, esa bitácora que continúa a ésta, esa que comenzaba con la frase con la que yo termino la mía:



Bitácora del 28 de noviembre de 2012, por más señas luna llena. 2ª parte

Paloma Sánchez
29 de noviembre de 2012

Desde la ventana veo el salón del Ruiz y ya anticipo una charla con cerveza. Me arrellano en mi silla y escucho. Escuchamos…

Necesito tu cuerpo entero, dámelo ya, que tengo prisa... En plena calle absolutamente libre parece más pequeña que su bolso.

Aure dice estar medio muerto de gripe. Fue peor el año pasado cuando le enfermó la vacuna



La vida sabe a poco al final se escoge la punta de un cuchillo para pasar la noche

Y también

Me pica el culo de la música. Mi hermano experimenta con células madre de batracios.

Alma: Ayer el mundo fue nuevo. A las nubes les gusta ser castillos. Los ojos estrenan las puertas secretas de la vida. Las nubes dudan entre sirenas o elefantes. La luz hace y deshace para regresar a la oscuridad

Javier alza su voz templada y dulce lee a Amelia

Todo se hace visible cuando la abeja convierte el azar en la miel que tus labios saborean…

Un poco de zen

Mi casa, té y arroz

La serenidad

Cuanto puedo ofrecerte

Lo que nos sirve de alimento

Lo que nos guarda

Qué poema elegir para Oporto?

Suicidios en el bosque

Nadie entra por respeto a los cuerpos en descanso

Nada le queda salvo su vida

Siempre habrá alguien en quien confiar

El tacto de la arena entre sus dientes

Ana ha escrito el poema en el Metro

No me quiero descalzar desde hace años nunca tuve casa.

Aquí algo tiene que ver un teléfono

Al otro lado del hilo hay un baño de espuma de lavanda, siento que me mareo

La voz de Rocío…si es de mucho comer los inviernos le harán daño. Mejor suavizar el miedo que cambiar de lugar. No hables más del invierno que me duele.

Es José María quien dice que el sujeto poético tiene varias voces en este poema social

Los poetas olvidados, el pecho desnudo de amor, ni siquiera las bombas. Nadie quiere hablar en los cementerios nadie sonará con mi cuerpo nadie

Carmen se acerca difuminada, se cae en la abismal negrura y toma las manos de Pulgarcito. El camino de regreso es posible. Los coches patinan.

María Jesús

La lengua no se rebozó de arena. Es un ejemplar extraordinario, no sabe escribir pero sabe pegarse a las hembras. El griterío en el país de los cohetes. Vientos guerreros, ya solo quedaba el paisaje, las carnes se aflojaban atacadas de parálisis. Un estruendo lo aniquiló.

Le toca a Paloma que trae una escena. Reparte los papeles. Se oye decir…

Bendito el que viene en el nombre del amor

Y también

Has excitado todas mis palabras en el bosque abstracto de los árboles viejos solo te necesito para saber quién soy



Ajetreo de sillas y dineros, últimos comentarios, cada uno sale en una dirección

jueves, 22 de noviembre de 2012

10ª Jornada/VI año: Miércoles, 21 de noviembre de 2012


Padre Cuaderno (III)

Me permito abusar de tu confianza. Sé que la visita a mi confesionario de dos rascamanes en estas dos pasadas semanas no me da derecho a colarme en la Tertulia. Quizá pequé de osado, pero me ha podido la curiosidad, que no deja de ser una facultad que debiera tener cualquier espíritu inquieto, interesado en aprender.

Le confesé a Alberto, mientras él se confesaba conmigo, que había escrito algunos relatos, todo ficción naturalmente, basados en testimonios de los fieles que se acercan a mi confesionario a mostrarme su alma  pecadora.

Tengo una vena literaria que quiero cultivar. Por eso me permito abusar de tu confianza, Javier, como coordinador de la Tertulia Rascamán y quizá como acto meritorio, junto a esta nota, te acompaño la bitácora que he redactado del miércoles 21 de noviembre de 2012.

Pensarás que no me viste, es natural, había mucha gente en el Ruiz, por cierto, hermoso lugar para la Tertulia y la complicidad.
Javier, y no me viste porque, como buen clérigo, sé estar en los lugares en un discreto segundo plano, pendiente de la necesidad de mis devotos, pero sabiendo no inmiscuirme en sus asuntos. Ojalá todos los sacerdotes fuéramos así. Lo digo por la historia, y ya me estoy adelantando en mi crónica, que Paloma Hidalgo, escribió sobre otro clérigo.

Javier, ten a bien, recibir esta bitácora y si fuera de tu agrado, nada me haría más feliz que verla publicada en vuestro Cuaderno de Bitácora.

Os doy mi bendición y el ofrecimiento de mi amistad de este aprendiz de escritor.
Un abrazo,
Fdo.: Padre Cuaderno


Bitácora del miércoles 21 de noviembre de 2012

Reconozco los rostros de Alberto y de Rocío, que visitaron mi humilde iglesia. Y pongo rostro a algunos rascamanes de los que ellos dos me hablaron en su visita. Junto a  Alberto y Rocío, presidiendo la larga mesa de mármol está Javier, coordinador de la Tertulia. Y después han ido llegando muchos tertulianos hasta completar la veintena.
Tengo el oído fino y adiestrado en el susurro de la confidencia por eso no me costó trabajo escuchar sus nombres y tomé nota de cada uno de ellos: Cinta, Mª Antonia, Paloma Hidalgo, Isabel, María Juristo, Ismael, León, Omega, Eunice, Maribel, Alma, Ana González, Fede, Carmenfron, Vicente y Paloma Sánchez. Veinte en total.

Siento cierta envidia, he de reconocer que, según están los tiempos, en la misa de doce de los domingos difícilmente alcanzo la docena y media de feligreses.

Tomo nota con mi letra redonda y pequeña, que conservo de cuando era seminarista, de lo que aquí se habla.

Empiezan con algunas recomendaciones, quizá me anime a asistir a alguna de ellas. La primera, la de Isabel, que leerá en el Ateneo de Madrid junto a otros compañeros el domingo 16 de diciembre a las 19.30 horas. Serán poemas recitados de memoria.
La segunda recomendación, la de Javier, una exposición de fotografía “Mitografías” sobre personajes célebres que recoge imágenes de sus vidas privadas y cotidianas. Desde Picasso, Dalí, Chaplin a Ghandi, Churchill, pasando por Cela, Hemingway, hasta alcanzar la decena de personajes. Es gratuita y está en la sala de exposiciones del Canal de Isabel II de la Plaza de Castilla de Madrid, abierta hasta enero de 2013.
La tercera recomendación, la hace León, una película japonesa de dibujos animados que vuelven a poner en la Filmoteca Nacional hoy miércoles, “La tumba de las luciérnagas”.

Desde el lugar en el que estoy escucho a Javier que propone comenzar las lecturas. Comienza un conocido mío, Alberto. Lee el poema titulado “La destrucción de Manhattan”.

Ya no quedan elfos
en los bajos de Manhattan…

Paloma H. dice que irá a Nueva York a buscar elfos.

Estoy acostumbrado a guardar relación de lo narrado. Hay cosas que tomo nota y otras que mantengo en mi memoria. En el seminario tenía fama de memorioso.

“Lunaprieta”, me gustó el nombre con que Cinta tituló su relato de 150 palabras. Recuerdo el principio aunque no lo anoté, no hizo falta: “En un cuarto, de cara reidora, vive un balón…”
Dice Cinta –me interesa- que va a un biblioteca los miércoles y viernes a contar cuentos a los niños.
Para terminar lee un soneto que promete enviar a los rascamanes por correo.

Es el turno de Rocío. Aún recuerdo que le acusé de cometer toda la lista de pecados mortales cuando vino a mi confesionario. Ahora que la conozco creo que me excedí. Lee un relato que muy bien podría llevar Cinta a esa biblioteca de tema infantil: “La traviesa tilde, Matilde”.
Observo que los rascamanes, como niños atentos, no pierden atención de cada palabra del relato. Les ha gustado. Rocío completa su turno con un microrrelato, máximo 100 palabras, dice –la virtud de la contención- que habla del Metro.

Javier, que ha vuelto de Japón recientemente lee tres poemas que ha escrito allí durante el viaje. Dos breves –de nuevo la contención, empiezo a alabar a los rascamanes por esa virtud-. El primero, habla de las cicatrices de sus manos. Me lleva a interpretarlo desde el punto de vista religioso, la pasión, la entrega, el placer.
Pero la pasión es del cuerpo y yo me debo al alma, alejo de mi mente este pensamiento.

El segundo poema breve también tiene por protagonista una amantis religiosa. El tercero habla del arte y se lo dedica a León.

Es ahora Mª Antonia Copado, quien anuncia que el próximo jueves 29 de noviembre lee en Granada, dentro del ciclo de Encuentros Literarios, que coordinan los poetas Fernando Soriano y Juan Peregrina. Tomo nota de los detalles: en el Centro Artístico (C/Almona del Campillo 2, 2º) a las 20.30 h.
Es Rocío quien lee los dos poemas que ha traído Mª Antonia: “Lontananza” y “Otra noche”.

Paloma Hidalgo toma la palabra. Tiene un encargo. Gesto cristiano, este de recordar al ausente. El ausente es Luis Alfonso, narrador mexicano que anda por tierras navarras, en Anguiano. Luis Alfonso se apellida así y dice que quería saber “qué tiene que ver con él”.

Lee Paloma el relato “Lamento de gesta”. Afortunadamente nadie nota mi presencia porque de descubrirme, descubrirían también el rubor que siento con esta historia de una relación erótica de una maestra enamorada de un alumno. El rubor continúa cuando lee Paloma Hidalgo un microrrelato sobre el secreto de un niño. “Secretos de niño”. Un cura es el protagonista. Y la tentación. Me santigüo varias veces.
Alguien denomina al sacerdote protagonista como so-cerdote. Dios me perdone si caigo en la tentación.
Un segundo micro lee Paloma “¿Me tomas el pelo?”. Frases hechas en la boca del protagonista trabadas de forma genial.

Cómo me gustaría poder intervenir y leer alguno de mis relatos. Sé que hoy no será posible. Me he encomendado la redacción de esta bitácora. Si está de Dios, pronto seré uno de estos tertulianos.

No debo despistarme en mis notas. Con mi letra menuda escribo el título del relato que lee Isabel, “Seguro millonario”, que despierta las risas de los presentes. Todo ocurre durante un vuelo de regreso de Venecia. Isabel, que como anoté al principio leerá en el Ateneo el 16 de diciembre nos recita el poema que ha preparado para esa ocasión: “Y Dios me hizo mujer”, de Gioconda Belli.

Me encojo nervioso en mi silla. ¿Sabrán que estoy aquí? ¿Me parece a mí o es que hay muchas referencias a lo divino en esta Tertulia? ¿Estaré influyendo con los consejos que les di a Rocío y a Alberto?

Es curioso, anoto en mi cuaderno, cómo cambian de tema y de técnica estos rascamanes. Es el turno de María Juristo que comienza leyendo un poema. Ha traído un guión de cine que ha escrito en los últimos meses. Una productora está interesada en llevar a la pantalla grande su novela “Las falsas lágrimas de la Gioconda” y ella ha querido escribir el guión. 123 páginas. Un trabajo ímprobo del que lee la primera de ellas.

Vuelve el rubor a mis mejillas y un calor que arrasa mi espina dorsal. Ismael, de nombre bíblico, lee su relato, que él denomina pornográfico o pornofónico. “Entre melenas”. Dios me perdone al imaginar dos mujeres desnudas acariciándose. Dios me perdone. Dios le perdone.
Ismael cierra su intervención con un relato futurista: “Año 6303”.

León ha traído dos poemas, dos sonetos pensando en Luis Alfonso, de su compatriota el poeta modernista mexicano Juan José Tablada, “la Venus china” y “En el parque”.

Eunice y Omega, madre e hija, que han estado en silencio escuchando a los compañeros toman la palabra desde sus indumentarias negras. Una imagen de mis feligresas pasa por mi cabeza, sentadas en los bancos solitarias de la iglesia.

Con una voz de locutora de radio, bien entonados, lee Omega primero el relato de Eunice. Un relato de miedo, basado en la tradición oral que mantiene a todos en silencio, de nuevo como niños escuchando cuentos de la abuela al amor de una lumbre.
Lee después un poema suyo de amor “Grandeza”, de desamor también. Debe, le indican, universalizar más el sentimiento. Que no quede tan evidente, que el lector pueda sentirse reflejado, y noser mero espectador.

Miro el reloj y compruebo que están cercanas ya las nueve de la noche. Mi preocupación ahora es doble, no quiero que me descubran los rascamanes en el Ruiz y no quiero que noten mi ausencia en la parroquia. A nadie podía confesar allí mi pasión por las letras, que necesitaba escapar de la monotonía del incienso y el rosario, que necesitaba refugiarme en un café literario. Escuchar a Rocío y a Alberto despertó tanto mi curiosidad. La tentación.

Mis pensamientos se relajan cuando escucho a Maribel, recién incorporada al grupo hoy. Dice que escribe cuentos, poesía, teatro. Que es rapsoda y que está “expectante”.
En su faceta de rapsoda declama un poema dedicado a los poetas que no debemos olvidar: “Lo más imprescindible, un hombre yace todavía…”

Alma Pagés toma la palabra. Tiene dudas –las mismas que yo tendría- sobre la identidad de algunos rascamanes. ¿A quién le han dado un premio de novela? Se trata de Iñaki, compañero de Tertulia, que vive en Bilbao y no puede asistir al Ruiz como él quisiera. ¿Y Paloma, la que organizó la cena? Vuelven todos la mirada hacia Paloma Sánchez, sentada en la otra esquina del café. Alma no lee pero hace una recomendación, que anoto en mi cuaderno: visitar la exposición del Reina Sofía, dedicada a Antoine Artaud.

Estamos acabando, dice Javier, que a estas horas finales de Tertulia, como a niños revoltosos y habladores, ha tenido que mandarles silencio en varias ocasiones. Son muchos y si hablan en grupos, no se escuchan.

Ana González lee su poema “Un día de frío” y cierra Fede las lecturas con un poema (¿sabrán que estoy aquí? Empiezo a pensar que sí y que nada es fortuito) sobre un cuadro de Dalí que está en el Metropolitan de Nueva York, que representa a Cristo crucificado: “Corpus hypercubus”.

Por falta de tiempo se quedan sin poder leer Carmenfron, Vicente y Paloma Sánchez, que traía la segunda escena de su obra y ya tenía pensado los compañeros que iban a interpretar los personajes. Será la próxima semana.

Aprovecho el revuelo que se organiza al final, cuando todos se levantan, piden la cuenta, pagan, se despiden, para escabullirme.



Pregunto al camarero del Ruiz, antes de irme cómo puedo hacer llegar una carta a Javier, el coordinador de la Tertulia.
Le enviaré la bitácora junto a una nota.
La bitácora y el ofrecimiento de la amistad del Padre Cuaderno.

Javier Díaz Gil
22 de noviembre de 2012

viernes, 16 de noviembre de 2012

9ª Jornada/VI año: Miércoles, 7 de noviembre de 2012



PADRE CUADERNO 



-Ave María Purísima.

-Sin pecado concebida.

-Verá Padre Cuaderno, vengo porque me lo han recomendado. Me han dicho que usted tiene buena mano con los bitacoreros. Rocío, ha sido Rocío Díaz. Una Santa.

-Y una gran escritora. Conozco todos sus relatos.

-Vaya, qué profesional, antes la Iglesia Católica no cuidaba esos detalles.

-Ya ves, hijo.

-Pero estoy seguro de que no conoce lo último, “Católica, apostólica y románica”, un relato con muertos y una monja que se siente culpable.

-No ése no.

-¿Sabe?

-Qué.

-El Boss, Javier Díaz, ha vuelto, con sus ojos achinados y sus haikus de terciopelo. Dice que Japón es un país muy organizado. Hay un sitio especialmente reservado para quienes quieren suicidarse. Y las cosas tienen olores muy diferentes a los de aquí.

-Ay, el Imperio del Sol Naciente, otra cultura.

-¿Sabe?

-Qué.

-En la mudanza, he perdido las radiografías que me dio Aureliano para los Poesarios. Pero no se ha enfadado, dice que tiene de sobra. Ahora escribe relatos de gente que va a Lisboa resfriada.

-Ay, los cambios de tiempo.

-¡Por fin! El Carbonilla ha grabado su disco con letras de Pablo Llorente. Va a ser un éxito, me lo huelo. El flamenco tiene el futuro asegurado en Alcalá de Henares.

-Vaya.

-Yo les leí un poema titulado “De Mosqueruela a Nueva York”, de cuando vivía en la montaña.

-¿También escribes poemas?

-Sí. Es por culpa de la tertulia, no puedo leerles una novela cada semana.

-Claro.

-María Antonia Copado sigue dándole vueltas al amor. Se fue a Cuba, volvió, y aún sigue dándole vueltas.

-¿Hay algo más importante que el amor?

-No, la verdad es que no.

-¿Y cómo va la poesía de Colmenar?

-Ahí andan, señalando injusticias. A Juan Manuel le dio por ensalzar a un mendigo, en plan poético y solidario. Y Juan Antonio puso el dedo en la tragedia del Madrid Arena. Ya sabe, Padre Cuaderno, las contradicciones de los tiempos modernos no se les pasa por alto a los Juanes. Perdone el pareado.

-No importa.

-León no rugió, estaba amoroso, tirando a modernista en su poema “Diciembre”, dedicado a mares y aceitunas. Un divertimento, según dijo.

-Ay, León, León.

-Y Luis Alfonso Velasco, llegado de México y Canadá, nos obsequió un relato con aires de Poe, titulado “Dios muere, Dios nace”, que empieza: ¨¿Por qué tengo miedo?”

-Ya.

-¿Usted tiene miedo, Padre Cuaderno?

-No hijo, ni tengo miedo, ni Dios muere jamás, sólo nace.

-Vaya, se lo diré a Luis Alfonso.

-Mejor.

-Isabel Muriol recitó dos poemas: “Antídoto” y “Mientras tú te vuelves viento”. Este último recibió más elogios.

-El viento…Hay una chica rubia de Alcalá de Henares…, ¿cómo se llama?

-Paloma Hidalgo. Sigue con los microrrelatos, su genero favorito. Con cincuenta palabras dice lo que tiene que decir. Trajo dos: “Rediviva encuentra otros padres” y “Amalgama”.

-¿Y qué hay de la novelista Alma Pagés, la autora de “A la manera de James”, esa que escribe de Londres y la época victoriana?

-Nos leyó unos poemas de Antonio Martínez i Ferrer sobre la Guerra de Irak.

-Oye, y si te doy unos relatos míos basados en mis experiencias en el confesionario, ¿los leerías en Rascamán?

-Sí claro, pero espere, Padre Cuaderno, que no he terminado.

-Perdón.

-Ana Delgado trajo una lata de letras en conserva y nos leyó un relato de Patricia Esteban, de su libro “Casa de muñecas”, muy divertido.

-La gente que viene al confesionario cuenta historias muy divertidas…

-Espere, no sea ansioso, que Carmen Frontera leyó su relato “Calle Sargento Aldea”, una calle mágica de Chile, o de cualquier lugar imaginario, con generales y prostíbulos.

-¿Ya?

-Además pasaron por el Café Ruiz, Amparo, Vicky Frías, Ana González, Cinta Rosa y Leo, que prometieron obsequiarnos con su obra en futuras ediciones de la Tertulia.

-¿Y qué hay de lo mío?

-No sé, Padre Cuaderno, ¿a usted le parecería bonito revelar lo que le dicen sus amados feligreses bajo el secreto de confesión? Anda, déjese de vainas y dedíquese a lo suyo, que no lo hace nada mal.

-Tienes razón, hijo.

-Yo le prometo que no voy a contar nada de lo que ha pasado aquí. Se lo prometo, Padre Cuaderno. Esto quedará entre nosotros.

-Dios te bendiga, hijo.

-Gracias Padre, ¿esto sigue siendo gratis?

-Sí, hijo, sí. Ve con Dios y cumple tu palabra. Y si no, que Satanás te lo reclame. Y Rocío Díaz, también, por robarle sus personajes.

-Joder.



Alberto Torres
8 de noviembre de 2012

jueves, 15 de noviembre de 2012

8ª Jornada/VI año: Miércoles, 31 de octubre de 2012


Ave María Purísima...


- Ave María Purísima...


- Sin pecado concebida...

- Buenas tardes, Señor del Cuaderno de Bitácora...

- Buenas tardes nos den las letras, hija mía tú dirás...

- Ya, pues mire Señor Cuaderno, el caso es que he pecado...

- Eso está muy mal, muy mal tertuliana mía, pero a ver, exactamente, cuéntame hija “c por b”, cómo has pecado...

- Pues mire, para empezar he jurado en vano en nombre de la Bitácora...

- Pero mujer ¿Cómo se te ocurre? ¿Acaso no sabes el segundo mandamiento de este Cuaderno? O mejor dicho recordemos juntos desde el primero. A ver repite conmigo: 1º Mandamiento: Amarás el Cuaderno de Bitácora sobre todas las cuestiones literarias de la tertulia Rascamán...

- 1º Amarás el Cuaderno de Bitácora sobre todas las cuestiones literarias de la tertulia Rascamán...

- Muy bien hija. A ver el 2º, repite conmigo. No pronunciarás el nombre del Cuaderno de Bitácora en vano...

- 2º Mandamiento: No pronunciarás el nombre del Cuaderno de Bitácora en vano...

- ¿Ves hija, ves cómo lo sabes? Y a ver dime ¿A santo de qué lo pronunciaste en vano?

- Pues Padre porque dije que yo no volvería hacer la bitácora por los siglos de los siglos... amén.

- Ayayayay.... Pecaste de soberbia hija. La soberbia es el más importante de los pecados capitales, de él se derivan muchos de los otros pecados... ¿Y por qué hija mía, por qué caíste, tan de bruces, en la soberbia?

- Señor Cuaderno es que yo siento que ya la he hecho muchas veces...

- Ay Señor de todas las letras de este mundo... Yo, yo y yo... ¡Otra vez! Esa sobrevaloración del yo no es más que pura soberbia de nuevo hija... Y además no hay que ser perezosa, pues la pereza no es más que otro pecado capital hija mía...

- Si no es pereza Señor Cuaderno... Todo lo contrario, es que no quiero ser avariciosa con este Cuaderno nuestro. Es una cuestión de generosidad, de generosidad Señor Cuaderno, yo quiero compartir la bitácora como el pan y los peces...

- Claro que sí hija, y ese sentimiento te honra... Pero también has de saber que la vida literaria no es fácil, hija, no es fácil. Y si ésta pone en tu camino la piedra de hacer la bitácora, habrás de cargar con ella hija... Y qué mejor forma de cargar con ella sino escribirla... No es una tentación hija mía, no es una tentación, es una prueba que nos manda el Altísimo... ¿Acaso no nos gusta escribir?

- Ay Padre, claro que sí, claro que nos gusta. Pero es que a ver si me tenían que haber bautizado Sísifa, en vez de Rocío, que ya he cargado con ella varias veces...

- No te quejes tanto hija, no te quejes y afronta los problemas que nos dan las letras, que así crecerás en la verdadera fe de la tertulia...

- Pues eso hice... Volver a escribir la bitácora. Porque al fin y al cabo yo llegué la primera y sabía cuánto ocurrió allí desde el principio hasta el fin. Aunque he de confesar también Señor Cuaderno, que no confiaba nada en que fuéramos muchos los elegidos a la mesa de la Bitácora en la víspera de Todos los Santos...

- Ay hija cuánto descreimiento hay en este valle de lágrimas y ese cuerpo tuyo tan pecador. Cuán desconfiada estabas... Y sin esperanza, sin esperanza hija no vamos a ninguna parte, ni en este mundo de las letras, ni en el que vendrá de los números... ¿O ha llegado ya ese de los números? Oh debe ser tu influencia perniciosa hija mía, porque ya hasta yo empiezo a dudar... Anda tertuliana arrepiéntete un poquito...

- Pues sí Padre Cuaderno, entono un mea culpa y pido perdón porque lo cierto es que fuimos un buen montón de feligreses tertulianos. Pues más o menos por orden de llegada allí que nos personamos, en primer lugar una servidora: Rocío Díaz, y después fueron llegando: José León, María Antonia Copado, Aureliano Cañadas, Luis Alfonso Velasco, Ana Delgado, Alma Pagés, Vicente al que llaman “Federico Trillo”, José Mª Herranz, Alberto Torres, Isabel Muriol, Paloma Sánchez, Leo, Paloma H. Esther... Todos y cada uno al amor de la lumbre y las palabras...

- Como debe ser, como debe ser... A escuchar la palabra del otro y a compartirla...

- Sí Padre Cuaderno, pero yo que me las prometía tan felices con poquitos tertulianos, anda que no tuve que tomar apuntes de cuanto dijeron y leyeron...

- Pero hija si es que no paras de pecar... ¡Gula de palabras! ¡Otro pecado capital!

- Pero Padre es que yo tenía que escribir para luego poder contar...

- Pero hija ¿Acaso tú no has oído hablar de las parábolas? Relatos figurados de los que derivaba una enseñanza...

- Pero ¿Y el sermón de la montaña?

- ¡Hija! ¡Acaso pretendes enseñarme a mí! Ya estás con esa soberbia otra vez. Tú no aprendes, eh, tú no aprendes... No sé ya ni qué penitencia voy a ponerte, si no paras de pecar y pecar, una y otra vez...

- Pero Padre es que yo tenía que contar que allí hablábamos de que el poema es como un fogonazo pero que escribir un relato lleva mucho más tiempo. Hablamos también de que la Real Academia nos ha cambiado otra vez los acentos dichosos que me llevan por el camino de la Amargura... Que si en la palabra “solo”, que si en “este”... que si ya eran un lío para mí, ahora es que me pongo negrita de que ya no sé si ponerlos, si quitarlos o qué sé yo...

- ¿Ira, hija? ¿Ira? No tenía bastante tu alma con la soberbia y la pereza, que ahora ¿la esponjas de ira?

- Que no Padre Cuaderno, que no, que no es ira, es que es muy duro el oficio del escribiente, y más el del bitacorero...

- Cómo ya te dije antes ¿Quién nos dijo que fuera a ser fácil? Aquí a este mundo de las letras hemos venido a penar, hija, a penar. ¿Aún no te has dado cuenta? Pero el trabajo trae al final su recompensa...

- Sí Padre Cuaderno eso también lo vi el otro día, que muchos de los tertulianos trajeron el fruto de su trabajo. Alma Pagés nos trajo su nueva novela “A la manera de James”, José María Herranz nos trajo su nuevo disco “Amargo despertar”...

- ¿Y los demás tertulianos?

- Pues la primera en leer fue una servidora Padre, que traje un humilde relato titulado “En el cielo de la boca”. Después José León, que se había cortado el pelo porque decía que, como era Halloween, quería que se le viera la careta...

- ¡¡Menos Halloween, y más Tenorio hija!! Que estás en la casa de Las palabras...

- Pero Padre Cuaderno si yo solo repito lo que él decía... A la manera de uno de los cuatro evangelistas con Los Hechos de los Tertulianos...

- Esa lengua hija, esa lengua... que te pierdes...

- Perdóneme Padre Cuaderno, perdóneme y deje que siga... José León entonces, nos leyó uno de sus maravillosos sonetos, uno romántico para una noche gótica. “El velador de llama desmayada...” Luego Alberto Torres pasó palabra, solo venía a escuchar a los demás.. Y fue entonces cuando nos preguntamos hasta qué punto algunos breves poemas ¿Son poemas u ocurrencias?

- Ay qué afán por preguntarse y preguntarse el de estos tertulianos... ¿Y la fe?

- Sí Padre, sí. Pero aún preguntaron más, porque Vicente le preguntó al nuevo compañero Luis Alfonso, que era arquitecto ¿Por qué escribía? Y el dijo que escribía por el gusto de escribir. Que antes diseñaba espacios y ahora diseñaba historias. Y yo esto pues lo tenía que escribir Padre, porque me gustó mucho...

- Venga hija, venga resume tus pecados, que vamos a estar con ésta bitácora hasta el día del Juicio final...

- Paciencia, Padre, paciencia... que es otra virtud.

- ¿Otra vez? ¿Acaso pretendes de nuevo enseñarme a mí de pecados y virtudes?

- Nada más lejos Padre Cuaderno, solo se lo recordaba... Pero a lo que vamos. Después María Antonia nos leyó algunos poemas, uno sin concluir “Final de etapa” y un par más de su libro Mujer de la Lluvia... A ella la siguió en el turno de palabra Aureliano Cañadas que se puso de pie para orar mejor al dios de los versos, y en medio de su poema nos cantó “En el Café de Chinitas...” una canción de Lorca. A quién se le unió José León, en un fantástico dúo... Que ese fue uno de los momentos memorables de esta tertulia nuestra. Momentos que hay que vivir Padre, hay que vivir, que contarlo no es lo mismo...

- Ya veo, ya veo...

- Después nos leyó Leo un relato que comenzaba hablando del adoquinado de las calles... Hubo quién le aconsejó que siguiera, que tenía aliento de novela. Después le tocó el turno al nuevo compañero Luis Alfonso que nos leyó un relato sobre la hoja del Arce, que a mí particularmente Padre Cuaderno, me encantó. Y entonces Vicente le dijo que se parecía al relato “El gaucho insufrible” de Bolaño, y Paloma S. le contestó que no. Y ahí anduvieron con que sí, y con que no, que a veces los tertulianos no están de acuerdo en las letras...

- Ay estos tertulianos cuánto les gusta porfiar...

- Pues sí Padre, pero déjeme que continúe que luego me dice que nos va a dar el Juicio Final... Pues después hablamos de en que país se habla un castellano mejor. Y fue entonces cuando comentaron que el relato de García Márquez “El ahogado más hermoso del mundo” se estudia en muchas facultades y foros.

- Abrevia hija, abrevia que ya te dije antes, y si no te lo dije, te lo digo ahora, que contra la gula de palabras, templanza... Templanza hija, templanza...

- Que sí padre Cuaderno... es que hay mucho que contar. Luego leyó Ana Delgado sus poemas tan brillantes como siempre. Aunque antes nos enseñó un objeto poético que nos gustó a todos mucho: La poesía enlatada, envasada por una conservera cántabra, con un poemario de Navarro Beloqui.

- Qué interesante...

- Pues sí. A ella le siguió José María Herranz que nos leyó una poema sobre la letra “r”. Y tengo que confesar que a mí los textos sobre el lenguaje, me parecen una verdadera tentación...

- ¿Pero hija otra vez? Qué débil es tu alma...

- Sí Padre Cuaderno confieso que soy débil con las palabras. Es más, siento verdadera lujuria con ellas...

- ¡Ay Señor, señor, señor! Pero hija, el diablo está en ti sin duda alguna... Estás infectada de todo tipo de pecados capitales! Qué penitencia, ni qué penitencia, tú vas a necesitar un exorcismo...

- Bueno pues luego, porque ahora déjeme que termine. Luego leyó Isabel M. un poema titulado “Te borraré” y otro sobre la guerra del Irak. Y entonces Padre echaron a volar las Palomas...

- ¿Palomas dices hija? ¿Palomas?

- Sí Padre, como si de las del Espíritu Santo se tratara...

- ¿Acaso te estás mofando?

- Para nada Padre, que es cierto. Que primero Paloma S. nos recitó de memoria uno de sus poemas. Que ella sí que está poseída a veces por el díos de la Palabra...

- Ay hija... ¿Qué me dices? ¿Otra poseída? Ahí tenéis un filón...

- Pues sí Padre, y luego Paloma H. nos leyó un par de micros con los que nos encandiló. Y para terminar Vicente nos trajo su relato “Tormenta de Arena” que tuvo la virtud de mantener allí a los tertulianos que quedaban más allá de las nueve... Y ahí ya sí que pedimos la cuenta y nos dispusimos a marchar. Y aquí estoy Padre Cuaderno, totalmente arrepentida de haberme negado a hacer la bitácora y dispuesta a recibir la penitencia...

- Muy bien hija mía, pues te copias cien veces el “Yo pecador...” y a tu casa a poner orden en tus papeles...

- Muy bien Padre Cuaderno ¿Entonces ya me puedo ir?

- Por mi parte... si ya me has dicho todo lo que querías... ¿A no ser que... tengas algo más que contarme?

- Buenoooo, solo Padre que yo tengo muchos deseos de procreación...

- ¡¿De procreación hija!? ¿Qué me dices?

- Sí Padre Cuaderno eso he dicho...

- Bueno mujer eso no es malo, sabrás que el fin ultimo de la fornicación, según la Santa madre Iglesia, es la procreación...

- Pues eso Padre, yo tengo muchos deseos de procrear relatos, relatos padre, quiero una familia numerosa... Entonces yo querría que, antes de separarnos, usted me bendijera...

- Ay mujer después de tanto pecado capital me sales con la procreación y me habías asustado... Claro que te bendigo, te bendigo con muchos, muchos relatos. Puedes irte en paz.

- ¿Pero me ha bendecido usted ya lo suficiente Padre Cuaderno? Que yo creo que me ha bendecido muy rápido...

- Pero mira que estás temosa, va a ser rápido, anda corre a ver si te voy a bendecir además con alguna que otra bitácora más...

- No, por favor, eso no Padre Cuaderno, eso no, ya, ya me voy... Amén Padre.

- Amén, amén Hija. Amén. Ve con Dios...


Rocío Díaz Gómez
2 de noviembre de 2012

martes, 13 de noviembre de 2012

7ª Jornada/VI año: Miércoles, 24 de octubre de 2012

Una especie de huracán, un vórtice...
Estamos  pacientemente esperando en el Triangulo de las Bermudas el regreso de los desaparecidos. Anteayer, una especie de huracán, con un vórtice de 3º en forma cónica absorbió a parte de la tripulación. Visto y no visto, en un santiamén fueron arrebatados por las fuerzas cósmicas, siendo absorbidos por un "agujero de gusano" que, por lo que pudimos observar a través del catalejo, terminaba en la Galaxia Andrómeda, y con posibilidades de proseguir el viaje a través de otro "agujero de gusano", que por los informes que me acaba de pasar Rocío, desemboca en un Universo Paralelo. De momento, por más que miramos hacia las estrellas, nuestros sorprendidos viajeros estelares no dan señales de vida. Por mi parte trato de animar a la tripulación con mis rudimentarios conocimientos científicos y les trato de explicar que un viaje a través de dichos agujeros no tienen porqué terminar en una tragedia.
-¿Y eso por qué? -me pregunta Amparo- ¿Muy seguro estás?
-Porque un viaje a través de esas entidades cósmicas se hacen sin que exista el tiempo. Se pasa de un punto a otro del Universo sin que exista la dimensión temporal. Y si nuestros viajeros han tenido la suerte de haber desembocado en un Universo  Paralelo, lo mismo están bañándose en las aguas de otro mar, ahí orilla y sin que nosotros nos enteremos.
-Pues yo no oigo los chapuzones -me contestó Amparo, mirándome con esa ironía que tan divertidamente sólo ella sabe dibujar en sus labios.
-Así de sorprendente es la Naturaleza. Hace lo que le da la gana, y sin pedirnos permiso.
-¡Buaaa! -exclamaron todos. Pero a pesar del rechazo a mi hipótesis, se disolvió la tensión y preocupación  que había reinado anteriormente. Y con la intervención de León para qué contar.
-Siempre han sido unos malabaristas del espectáculo.  En cualquier momento aparecen en el fondo de una chistera.
Con eso bastó para que nos reuniéramos a tomar pacientemente el aperitivo de la tarde. Reunión que, a decir verdad, comenzó con temas bastante áridos; pero que llamaron la atención de los participantes. Infinidad de parrafadas referidas a cartílagos, articulaciones y otras cosas de anatomía o dolencias humanas, centraron la atención de los tertulianos. Toda una exhibición de saberes Occidentales y Orientales adornaron la bodega del barco, vibrando con la especial musicalidad de los dolidos pacientes, a los que se hacía referencia. Todo un saber de especialistas activó las interconexiones celulares, un tanto adormecidas con las copas de Oporto que adornaban los vasos, llenados generosamente por Paloma Hidalgo. Tras una hora de dimes y diretes Rocío lanzó una daga en la mesa e instó a los presentes a que leyeran las Cartas de  Navegación, pues eso es lo que estarían deseando que hiciéramos los desaparecidos. Y no digamos Javier.
Dicho y hecho: Paloma Hidalgo, nos lee un relato histórico acontecido en el 1100,  muy bien documentado y con una narrativa sólida, que trataba de curaciones milagrosas. Una lucha entre la superstición y la ciencia. Concluimos varios, que podría ser más que un cuento, el capítulo de una novela.
A continuación, María Jesús Briones, nos leyó su relato titulado "Una mujer". Cuento lleno de espléndidas imágenes "de aquí a volar, no hay más que un paso, en el interior de una vagina". Muy poético entre otras muchas virtudes. Un hacha.
Cinta nos leyó un cuento  titulado "¿Qué es una emoción?". No se crean que es un tratado de investigación científica ni psicológico u otras ramificaciones científicas o sesudas reflexiones orteguianas. Nada de eso. Un fino humor embebe este relato que trata sobre el Códice robado en Santiago en medio de una excelente aventura culinaria.
Paloma Sánchez nos leyó los tres últimos Cantos de su libro en preparación y nos llenó el corazón de innumerables metáforas: "en él hay un vacío/ que sólo lo puede llenar el mar". Estupendo.
Leo nos leyó una serie de Haypud, algunos muy buenos:

"En la laguna
presa está la rana
tañe el laúd."

Muy bien.
León nos leyó el primer capítulo de la novela que está escribiendo, en el que recoge determinadas leyendas populares de la Serranía de Ronda de los tiempos del Islam.
Vigorosa narrativa cargada con la emoción de la vivencia con que nos golpean tanto las tradiciones orales, como un pequeño resto de azulejo de aquella civilización, y se nos encoge el corazón al reencontrarnos con un pasado, que con tanta amor recoge en su narrativa cincelada con la suavidad de su palabra poética. León, al menos a mí me hiciste sumergir en ese cosmos de antiguos caminos, llevándome a la colina donde se divisan encendidos jinetes.  Fue la misma emoción que me llevó a escribir en mi primer visita a la  Mezquita de Córdoba 

“MEZQUITA DE CÓRDOBA

Y la Mezquita conserva el Horizonte.

Suena la luz y los tambores ,  la prolongación y el mito

Sobre una civilización otra civilización
imponiendo sus banderas.

Polvo  sobre el polvo.

En tus columnas la plegaría árabe retumba
en la silenciosa amplitud del centenario templo.

Fortificada mezquita llena de longitudes,
que victoriosa te elevas en la tarde de tu rectangular silencio.

Sobre tu vetusto tejado una tromba de agua trota
recordando cascos.

Prismático interior  que contiene infinitos.

Quietud sonora de la recta.

Tres colores y el barro para dibujar galopes.

Catedral cristiana, que a pesar de tus intentos
no consigues romper el Horizonte.”

Por mi parte, leí el poema lleno de tachaduras -como me recriminó Paloma toda explosiva-titulado Octubre del 2012, en el que relato el dolor y abandono al que se ven sometidos tanta gente desahuciada en estos tiempos de acero. Una estrofa:
"Sola te ves :
una maleta,
cuatro harapos,
y un millón de recuerdos
 golpean tu astillada espalda."

León, tras  reivindicar la labor de la poesía social en los tiempos que corren, nos leyó un soneto titulado "Hambre". Debo de reconocer que consiguió algo muy difícil: sobrepasar la musicalidad clásica del soneto, y traernos un soneto lleno de frescor. Vigorosas metáforas engarzan sus versos: "la vida antes feroz se vuelve insana"
Estupendo.
Estoy de acuerdo León, la poesía  no puede dar la espalda al tiempo que nos ha tocado vivir. Demasiada tragedia, como para permanecer indiferentes.
Rocío y Amparo no nos trajeron ninguna Carta de Navegación. Según me dijeron, las había absorbido el "Agujero de Gusano"

Juan Manuel Criado
28 de octubre de 2012

lunes, 12 de noviembre de 2012

6ª Jornada/VI Año: Miércoles, 17 de octubre de 2012


Las bitácoras del 17 de octubre de 2012


1. Rocío Díaz Gómez:

Sexto Certamen Literario “Cuaderno de Bitácora”

Género: Narrativa
Subgénero: Muy variado: Poema, cuento breve, o un pedacito de diálogo enriquecedor.
Tema: Lo que ocurrió.
Fecha límite: 17 de octubre de 2012
Fecha fallo: 17 de octubre de 2012
Integrantes del Jurado: Alberto Torres, Paloma Hidalgo., Ana Gonzalez, Fede, Omega, Eunice, Alma Pagés. Leo, Pablo Llorente, María Antonia Copado y Rocío Díaz.

Bases:
1.- Los escritos que se presentaron no excedieron del tiempo que se tarda en leer unos haikus por parte de algunos integrantes del Jurado (Paloma H., Fede, Leo, Pablo Llorente), el tiempo que se tarda en escuchar un poema (María Antonia Copado o Ana Gonzalez) o prestar atención a un cuento (Rocío Díaz).

2.- Los trabajos que concurrieron fueron originales e inéditos y no premiados en otros certámenes. Se hizo un repaso de la estructura y temática del haiku. Se comentaron un par de poemas, puliendo encabalgamientos y adjetivos, sonoridad y rima. Los trabajos se compartieron, se comentaron, se mojaron en los cafés con leche o se mezclaron con la espuma de algunas cervezas, enriqueciendo los paladares de jugosa literatura.

3. El plazo de presentación de los trabajos se abrió en torno a las seis de la tarde y el tiempo límite de admisión fueron las ocho largas de la noche. Hora en que los integrantes del jurado comenzaron a rebuscándose en los bolsillos algunas monedas (la literatura siempre fue oficio de pobres), pidiendo la cuenta y cerrando cuadernos y oídos al género narrativo por esa tarde. El envío de originales se remitió al Café Ruiz, calle Ruiz, barrio Malasaña de Madrid. 

4. El jurado valoró el silencio y la compañía. Así como la implicación de los presentes, la calidad de las obras, su personal estilo, su originalidad y especialmente aquellos argumentos que promovieron relaciones igualitarias. Se echó de menos a los ausentes, los viajeros, los convalecientes, los estudiosos y los ocupados. Estaban con nosotros en espíritu. Y además, se dio la bienvenida a dos nuevos integrantes: Omega y Eunice.

5. La entrega de premios consistió en varios presentes con que acudieron los integrantes del jurado: una flor de loto encarnada por gentileza de Leo. Un baño en una alberca por parte de Pablo. Un puñadito de tierra caliente con que nos obsequió Paloma H. Un viajecito en cayuco de la mano de Fede. El comentario de dos largos poemas con los que nos arroparon María Antonia y Ana Gonz que nos permitieron cobijarnos bajo la poesía. Y un viaje al pasado sobre unos dibujos voladores que guíaba Rocío Díaz.

6. La sociedad Rascamán queda facultada para publicar los trabajos que estime oportuno.

7. La sociedad Rascamán queda facultada para modificar posibles y futuros jurados, si resulta necesario.

8. Todos los concursantes por el mero hecho de serlo, aceptarán las presentes bases. Y no solo eso, sino que estarán deseosos de volver a participar. ¿A que sí?

Rocío Díaz Gómez
24 de octubre de 2012 










2. Paloma Hidalgo 

La primavera se ha despistado. Hoy la hemos visto por el Ruiz, paseándose entre los haikus de los tertulianos, con su frescor característico.  Durante unas horas, juguetona,  ha teñido con su energía las 5,7,5 sílabas de casi todos los presentes, ni muchos ni pocos, para después desaparecer con sutileza, como una gran dama. ¿Volverá el próximo miércoles? No sé, quizá sea el otoño quien venga a visitarnos, vestido para la ocasión de ocres y nostalgia. Por si fuera el invierno, llevaré paraguas y bufanda.

Paloma Hidalgo
23 de octubre de 2012 












3. Federico Monroy

LA SUBASTA

Éramos pocos,
pero llegaron nuevas
adquisiciones:

La voz de Eunice,
que pujaba en la tarde
su propia Omega.

Paloma Hidalgo
-en un microrrelato
medido y justo-

pintaba en sangre,
sobre sí misma, el tiempo
tan parisino.

Y quién da más:
versos amenzantes
de Maria Antonia,

que amordazó
el clítoris de Dafne.
Postor de labios.

Éramos pocos,
con Pablo en la barrera.
"Los arrayanes",

sentir de Alhambra
y patio de Carlos V.
Son en la tarde.

Haiku asesino
de Rocío. Precioso.
(Mar en cuclillas)

Y su relato:
doy cincuenta mil, plagio
por sus dibujos,

los dioses simples
de Ana González, entran...
Adjudicados.

Éramos pocos.
Javier desde Japón
suspira. Sueña.
 __
Federico  Monroy
23 de octubre de 2012










4. María Antonia Copado

Mi Bitacorina:

Estábamos los tres bajo la capa gris de titanio que todo lo escondía
Corría el año 2..... de ese milenio.
Allí estábamos los tres, rindiendo a nuestra literatura
culto y memoria.
Mañana desaparecería el parque
los últimos reductos de una cultura lejana.
Estatuas, figuras de granito polvoriento, deterioradas por los años y
por el olvido a punto de cumplir el nuevo siglo.

ROCÍO, relatista, tierna y entrañable.
ALBERTO, poeta y novelista, llano pletórico de vida.
PALOMA, relatista y poeta, decidida y creo que feliz.
ANA, poeta y relatista, dulce, mimosa, cariñosa.
FEDERICO, dulce y tierno, poeta grande poesía.
PABLO, poeta polifacético
LEO, apenas la conocí, me gustaba lo que escribía
ALMA, poeta, muy buena, la quería.
ODISEA Y EUNICE, poetas

Los tres nos amábamos.
La capa de titanio se tornó roja.
No quedó nada en aquel parque maldito
Los tres también  desaparecimos
Nuestras figuras graníticas también estaban en aquel parque          

Éramos poetas.


Mª Antonia Copado
21 de octubre de 2012