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martes, 27 de marzo de 2012

21ª Jornada/V Año: Miércoles, 21 de marzo de 2012



La academia de la felicidad

-Cañadas, otra vez tarde.

De reojo miro la esfera que implacable señala las 9:20.

-Mercedes, verás tengo que explicarme…

-¿Explicarme?, otra vez atasco ¿no? Pues levántate antes, bonita. Aquí todos tenemos nuestros motivos y llegamos a nuestra hora.

Precisamente eso es lo que quería explicarte. Verás, la hora, la de tu reloj de pulsera o el mío o incluso la del jefe de negociado no son más que unas cifras convencionales. Entre todos, hemos acordado que en este instante sean las la nueve y veintisiete de la mañana, pero te aseguro que podría ser de otra manera.

-Basta ya, Cañadas. Se viene a la hora y punto. ¿Es que no te das cuenta de que nos van a hacer venir dos horas y media más a la semana?

Y tú, encima, te permites incumplir el horario…

- El horario- murmuro- no deja de ser otra convención, Mercedes.

-¿Convención? El que te va a dar una buena reconvención va a ser el jefe y a todo confort, puedes contar con ello.

Es inútil razonar con ella, me tiene en su punto de mira desde que le pregunté, no sin cierta sorna, a qué se refería con que “ella no vivía, como otras, ‘píparamente’ ”¿ No será- Mercedes- opíparamente? ¿ Más bien, ovíparamente? ¿O tal vez, bípedamente? A pesar de sus seseinta y muchos anda erecta…aunque da qué pensar su actitud postural ante Justo, el gran jefe. Por otro lado, Mercedes tiene el arco superciliar muy marcado y si la miras de cerca, a menos de un palmo, se le ve  un vello fino por toda la cara. Es ahora cuando gracias a mi capacidad de evasión y ante la persistencia de su enojo expresado en forma de alaridos y gestos simiescos (con perdón de los simios) recuerdo la tarde anterior en el Ruiz. Celebrábamos el día internacional de la poesía y sin embargo, nada de ese miércoles parecía tener la más mínima consistencia. Otra cifra más vagabundeando en el calendario. Tocada y hundida. Inmisericorde. Pero de nuevo se constituyó, por unas horas, la academia de la felicidad en torno a la mesa del Ruiz. El relato de Rocío “Un hombre de madera”, nacido a propuesta de José León Cano, me sorprende. Nos lleva de nuevo al rico territorio de la infancia. Su aproximación a una niña con altas capacidades intelectuales es interesante y como siempre, Rocío, lo consigue. Vemos ya a la niña, escuchándola, dejándonos boquiabiertos, hipnotizados. Casi podemos oler sus trenzas. Rocío tiene la enorme capacidad de dar vida y verosimilitud a sus criaturas. Y lo que es todavía más inquietante, despierta el dormido instinto de bondad que hubiéramos dado por muerto tantas veces.

José León Cano, nos recomienda y se disculpa anticipando su asistencia a la presentación en la Biblioteca Nacional de un libro de Pere Gimferrer sobre su admirado y, confesamos, desconocido para la mayoría, don Álvaro Cunqueiro.

Juan Antonio Arroyo, venido en esta ocasión en solitario, nos lee “La pitonisa”, relato ambientado en la mítica Grecia. Su voz recia, modulada da una nueva vuelta de tuerca a la historia. Por qué Helena no podía mirar a los ojos de los hombres.

Y es el turno de María Juristo. Hoy ha traído su relato “El artículo”. Me gusta. Cuando escribe prosa se nota que también domina el verso. Es ágil y apela a los sentidos.

Por fin, es el tiempo de la poesía. “Walking around” de Pablo Neruda. Encontramos referencias a Lorca y a los surrealistas. Se corresponde en el tiempo con su paso por Madrid.

Después Javier nos lee del libro “Fabulosas narraciones por historias” de Antonio Orejudo un fragmento divertidísimo. Por favor, póngame doble de Fabulosas narraciones por historias. Y dos aguardientes, marchando.

María Antonia Copado lee el poema titulado “Un simple monigote”. Después ensaya la lectura de un poema recogido en su libro La mujer de la lluvia. A medida que recita, nos dice que siente la necesidad de reescribir el poema, como si se le fuera de las manos . Dotado de vida propia. El poema no quiere ser definitivo y se resiste.

David nos leyó de su novela, muy avanzada ya, el fragmento en el que la curiosa pareja de personajes asiste a una reunión clandestina. Es el cinco de marzo de 1977.

-El vano ayer- le digo a Mercedes, mi inmediata superior.

-Mira que eres rarita- y le hace un guiño a Soledad, que ocupada en su diario pulido uñas, se distrae y se pega un tajo. Grita ¡mierda!- y se chupa el dedo.

Celia Cañadas
26 de marzo de 2012

viernes, 16 de marzo de 2012

20ª Jornada/V Año: Miércoles, 14 de marzo de 2012

"La infancia es un tiempo sin tiempo..."


Después de dos semanas de estar ausente en la Tertulia, regreso hoy miércoles con sentimiento de culpabilidad y me asigno la tarea de redactar la bitácora de esta tarde. Eso le pasa también a David. Somos así, ante un sentimiento de culpabilidad no imponemos rápido una penitencia.
Aunque escribir la bitácora no es ningún castigo.

Y alrededor de la mesa de mármol del Ruiz nos hemos juntado diez rascamaneros: Mª Antonia, Javier, Rocío, Juan Manuel, León, David, Carlos Nosé, Carmenfron, Ana González y Paloma.

Hablamos de mi lectura en Granada del miércoles pasado. Les cuento que he vuelto muy contento, agradecido a Fernando y a Juan, organizadores de los Encuentros Literarios. Les gustó mi lectura. Hice un repaso de los libros publicados y para acabar leí poemas inéditos, de los que publico en mi blog para empezar cada mes. Les repartí como recuerdo a los presentes un pequeño folleto que prepararon para entregar al público de los Encuentros Literarios en Granada con una reseña biográfica mía y una selección de poemas.

Juan Manuel ha venido hoy solo. Solo, me refiero a sin Juan Antonio. Los dos vienen juntos en el tren siempre y llegan a la vez y se van a la vez. Por eso es raro verlos a uno sin el otro. Nos cuenta Juan Manuel que como él es el mayor se toma la licencia de dormirse en el tren y Juan Antonio vigila las estaciones para no pasarse. Hoy no se ha podido dormir. Es mi “licencia poética” dice Juan Manuel.

Nos cuenta Mª Antonia que la semana anterior llevó su libro “La mujer de la lluvia” a la Tertulia del Círculo de Bellas Artes y recitó el primer poema, el que abre el libro. Le pedimos que nos lo recite aquí también en nuestra Tertulia.
Con emoción y con morosidad va transmitiéndonos la pasión del texto. El viernes 23 de marzo de 2012 presentará su libro en el Ateneo de Madrid a las 19.30 h.

El estaño en el poema de Mª Antonia. Dice David que le gusta esa imagen, la imagen y el propio estaño.

Leo yo ahora el poema “Al escondite” el que he publicado este mes de marzo en mi blog. Que comienza así:

"Ronda, ronda... "

Te escondías
para que no te encontraran.

Recordamos, Carlos Nosé acaba de escuchárselo recitar hace unos días, el poema de Joan Margarit “El escondite inglés”. Maravilloso poema.

Lo transcribo aquí entero, el título del poema de Margarit es “Los muertos”

LOS MUERTOS

Tres golpes, tres palmadas contra el muro:
Uno, dos tres: al escondite inglés.
Resuenan y avanzamos, y quedamos inmóviles
mirando hacia la espalda de la Muerte,
que, rápida, se vuelve para así sorprender
a los que aún arrastra el propio impulso
y los echa del juego para siempre.

Uno, dos, tres: al escondite inglés.
Se va la luz. Igual que un punto de oro
la vela hace temblar las sombras de la estancia.
¿Por qué hace tanto frío en la posguerra?
Y la Muerte se vuelve y ve a mi hermana
que se agita, febril, y llora bajo el hielo.

Uno, dos, tres: al escondite inglés.
El pasado era el rostro de mi padre:
prisiones, cicatrices, deserciones.
Qué terror le causaban las palmadas
contra el muro: no pudo terminar
un gesto de impaciencia.
La ira, el miedo
lo delataron a la Muerte.

Uno, dos, tres: al escondite inglés.
Nunca nos apartamos de su lado.
Ahora juego con mi hija muerta.
¿Por qué no pude adivinar sus ojos?
Pero el futuro, astuto, hace trampas.
No escuché los tres golpes: me sonrió
y junto a mí ya estaba su vacío.
Pero el juego debía continuar.

Uno, dos, tres: al escondite inglés.
Ya no me importa si me ve la Muerte:
sonriente miro hacia los que me siguen.
Ahora, tan cercano ya del muro,
ignoro lo que pueda haber detrás.
Sólo sé que me marcho con mis muertos.

(Joan Margarit)

Hablamos de la infancia, dice Juan Manuel que “la infancia es un tiempo sin tiempo”. Carlos apunta que “el niño domina el tiempo y el adulto está subordinado a él”. La velocidad del tiempo o la sensación de que no existe tiene que ver con la edad y la conciencia de la muerte.

Carlos lanza una pregunta y la contesta: “¿cuándo, de adulto, se detiene el tiempo? Cuando hacemos una actividad que nos tiene embebidos.”

León sentencia que “aquí y ahora es lo que importa” y David añade “de niño está todo por estrenar”.
 Turno de lectura para Rocío. Lee su relato “Yo no quiero llamarme W”. Nos reímos. El tono coloquial con este pequeño enredo informático-familiar que ha resuelto tan bien.

Cambiamos de tono, León nos lee un soneto de amor:

Tu piel es la plegaria que mis manos exploran…

Se habla de un pájaro en el soneto y Ana nos recuerda su manía con los pájaros en los poemas. No le gustan. A David, comentando el relato de Rocío, no le gustan los personajes que se llaman Pepe.

Hablamos de lectura. Paloma acaba de terminar de leer “Lolita” de Nabokov y le ha gustado mucho. Una novela muy bien construida, con una trama bien desarrollada… No le extraña que sea una obra maestra.

Nuevo poema. Nos lo lee Carlos. Dice que ha hecho un experimento poético que luego nos explicará.
Un largo poema elegíaco, de regreso a una Naturaleza que ya no existe. Nos ha gustado mucho. Le hacemos algunas sugerencias de las que toma nota para corregir su poema.
El experimento consiste en ir alternando algo que “no se debe hacer”: versos de 12 sílabas con versos de 11. El resultado rítmico es muy bueno. Ha jugado de tal manera con los acentos y las sílabas que esa sucesión antirrítmica de versos pares e impares se diluye creando una armonía fantástica. León le elogia algunas imágenes de gran altura poética.

Del poema pasamos al microrrelato de la mano de Carmenfron.
Es un micro titulado “La mujer de su vida”. Los microrrelatos deben ser como los chistes. La sorpresa, y éste la tiene, está al final.

Ana cede su turno y cierra las lecturas de la tarde, Paloma.
Enciende su ordenador portátil donde guarda, escribe y reescribe su nuevo poemario que ha dividido en Cantos.
Nos lee el canto 19, el 20 y el 26.
Ya tiene más de 800 versos. Nos da envidia. Paloma tiene una musa encadenada en casa, seguro, que le va dictando al oído todos estos poemas. Paloma, cuéntanos el secreto.

Antes de despedirnos nos recuerda Paloma que volverá a presentar en la sala La Madrilera de Madrid su poemario “Atleta que mira el paisaje”. Será el 15 de abril.

Nos separamos, después de un rato de charla final en la puerta del Ruiz, hasta el siguiente miércoles. Cómo nos cuesta despedirnos. De nuevo el Ruiz y la Palabra y los rascamanes como testigos.


Javier Díaz Gil
16 de marzo de 2012

martes, 13 de marzo de 2012

19ª Jornada/V Año: Miércoles, 7 de marzo de 2012

me he puesto mi gorra de porteño, y tras llenar mi pipa de sabroso tabaco...

Después de haber soportado en la travesía unas cuantas tormentas huracanadas, teniendo que reparar  varios desperfectos en  el velamen, además  de tener que satisfacer otras necesidades más perentorias y precisas, arribamos en una de las famosas islas del Pacífico, que por cierto, no figura en los mapas ni en las cartas de navegación, y que tampoco tiene nombre, por lo que difícilmente podremos dar más información al lector de la referida. Pero famosa sí que era.

Soplaba un aire fresco en cubierta, y nos tuvimos que colocar las chaquetas de cuero, mientras el oleaje se estrellaba contra el barco, Quedaban  unos cuantos grumetes en cubierta: Rocío, Mª Antonia, Juan Antonio y Juan Manuel, que no paraban de quejarse del condenado aperitivo que les había puesto el camarero en un descuido de la tarde. La verdad es que picaba lo suyo. Nos quejamos, y le llamamos al orden, pues el hecho de que el capitán estuviese en tierra, no le daba pie a tomarse ciertas libertades con la marinería, pues el aperitivo es sagrado. Y con tanto picante nos íbamos a abrasar la lengua, y luego a ver quién entonaba adecuadamente la lectura. Y, la verdad, hasta ahí podían llegar las cosas. Bueno, pues en esas estábamos, cuando subieron poco a poco María Juristo, Celia y Ana y como el día estaba bastante templado seguimos en cubierta y nos pusimos a leer unas cuantas cosillas que no tienen que ver nada con la navegación ni la pesca en altamar. Absolutamente nada.
Leí dos poemas, que a saber cómo resultaron. Pero eso sí,  muy serio. Como suelo leer. Un caso. A continuación toma la palabra Juan Anonio, Así sin más. Y sin pedir permiso,  nos empieza a  leer una misiva -porque no se la puede llamar carta o correo- que le mandó una tal Katia. Un  prototipo de joven rusa, que por lo visto está muy de moda. Nada que ver con los gustos de la edad de piedra. Nada, pero que como le dije, "No te  conviene, Juan, y menos en altamar. A ver si vamos a tener una rebelión a bordo, y me cargo con el mochuelo". Una misiva, como les dije, en la que se le ofrecía como esposa para toda la vida.. Ni más ni menos. Y ya le dije: "ni lo sueñes Juan. A ver si te va a dar un patatús". Pero mira por dónde que la contesta con una carta, en la que describe su hábitat; pero del que no voy a entrar en detalles. Lo mejor es que lean. "Carta A Katia". No se lo pierdan.

El viento arreciaba, y el planeta Júpiter, continuaba, por lo que me informan, dando vueltas alrededor del Sol. Y tras echar un vistazo a babor, comunico al personal, que no hay novedades a la vista. Vamos, que Júpiter sigue obsesionado con sus vueltecitas. Rocío nos habla de un concurso de cuentos y de poesía, y la increpo: "Yo de concursos nada. Entre tú y Aureliano os lleváis todos. Es que no dejáis concurso desierto. Qué cosa. premios por doquier. Lo bueno es que no tienen mucha prisa por pagaros. Muchas palmaditas; pero de los euros, a  apuntarse en la fila de los proveedores de las instituciones públicas.Toda una Odisea."
Mª Antonia nos lee, el primer poema de su libro recién publicado:" La mujer de la  lluvia". Magnifico. Rotundo. Poema con fuerza, y fruto del amor.Recomiendo su lectura.

A  continuación, Mª Juristo nos lee un poema, lleno de metáforas, como "tu sombra cercaba mi cintura". Encantador. Luego nos leyó A través del mar, en el que nos traslada a la devastación del Mal en los espíritus, valiéndose de las fuerza naturales, como instrumento poético.

Ana nos lee dos pequeñísimos relatos. Uno, en el que habla del anhídrido carbónico, en él se vale de imágenes esperpénticas, con una agilidad y concreción digna de emular. El segundo minirrelato nos describe las cosas propias de un barrio de Madrid en el  que conviven diferentes etnias, describiendo sus peleas, juegos tumultos, ansiedad. Muy dinámico. Magnífico, Ana.

El cuento de Carmen me le perdí, y mira que lo siento, porque su estilo peculiar me engancha. Mis disculpas; pero tuve que ir a a engrasar el timón del barco, pues luego hay sorpresas en la navegación, y  lo mismo vas al Norte que al Sur. Un desastre. Además, Javier, el Capitán, me echa en cara, mi tradicional negligencia, cuando él está ausente.

Rocío y David no leyeron nada porque, según dijeron, tenían las cuerdas vocales demasiado tensas, y por prudencia se iban a tomar una vacaciones literarias. No conviene forzar las vibraciones.
Celia ni siquiera, nos obsequió con sus geniales recetas de cocina. Me la debes. Ya me pedirás algo.
Eso nos dijeron.

En cuanto Javier, se había ido a la Patagonia, a leer su poemario "Extramuros".
Y de los demás marineros, la verdad, que no sé por dónde andarán, Siempre pasa lo mismo en los puertos de mar: se dispersan en la bohemia y el esperpento y no hay quien haga carrera de ellos.
Por mi parte, me he puesto mi gorra de porteño, y tras llenar mi pipa de sabroso tabaco, miro al cielo y sueño con un espacio lleno de galopes.
Un abrazo a todos.

Juan Manuel Criado
10 de marzo de 2012

miércoles, 7 de marzo de 2012

18ª Jornada/V Año: Miércoles, 29 de febrero de 2012

"...y me compró un anillo"
Bitácora del 29 de febrero de 2012. – Miércoles

Los sibaritas de la palabra hoy gotean despacio la tertulia bisiesta. Una, dos, tres. Tres gotas. Dos poemas, uno en DinA3, con tinta clara, cuerpo grande, vista pequeña. Otro en bolígrafo, antiguo y nuevo, dedicado a la madre ausente, la madre siempre, madre presente. Las primeras gotas se llaman María Antonia Copado y Celeste Lamas. La tercera gota trae los oídos limpios y la curiosidad casi intacta, había llegado ya, se llama Rocío Díaz. Un café, una infusión, y una coca cola.

Los sibaritas de la palabra siguen goteando la tertulia, ahora la humedece una gota de tertuliano con sonrisa de David y paciencia de Lerma.

Los sibaritas de la palabra vienen vestidos de realismo mágico. La magia de creer o no. La magia de admitir que ahí fuera existe algo o alguien. ¿Qué? ¿Podemos salir de nuestro cuerpo? ¿Pasear por el mundo? ¿Cuándo? ¿Cómo? Antes fue el realismo mágico, ahora es la mística. Mística en el mundo. Mística de la literatura. Duelo. Renacer.

Después llegarán más gotas. Una a punto de cambiar de vida y vuelta atrás. Otra, de savia tranquila, piensa que se debe escribir dejando que fluya una palabra y otra y otra más. Otra torrencial que habla del cerebro y del amor, de la vida y del mundo. CarmenFron, José León Cano, Paloma Sánchez…

La vida es una franja de grises. No pasará ni lo mejor ni lo peor que estás deseando que ocurra. Ocurrirá, ocurre algo que está en medio. Gris oscuro o fuerte como decíamos de pequeños. Gris clarito o más flojo. Pero gris. Llevamos dentro de nosotros el arma para enfrentarnos a la vida: la actitud. Será mejor o será peor dependiendo de cómo pisemos “la mierda”: con el enfado de la mala suerte, con la alegría de todo lo bueno que nos va a traer el mal pisotón… Un cuaderno donde todas las noches apuntemos cada cosa buena que nos ha ocurrido durante ese día.

Realismo mágico. Mística. Literatura de autoayuda. Realismo sucio, muy sucio.

Los rascamanes traen las maletas llenas de frases e historias. Hoy se reservarán la literatura. Hoy hay que hablar del mundo, de la vida, del amor, de nosotros.

A su alma literaria solo las salva un pequeño libro de ilustraciones y cuentos. Una gota invitada. Una tertuliana que parece que hubiera estado siempre. Con nosotros, charlando, leyendo. Una tertuliana con 13 Cuentos ilustrados bajo el brazo. Nuria Gómez de la Cal. Ilustrada por Anna Lisa Miele.

"Dividiríamos el libro en dos partes: Cuentos ilustrados e ilustraciones contadas, la primera parte son 13 textos que han servido de inspiración a 13 ilustraciones y la segunda parte es una selección de 13 dibujos que han servido de inspiración a 13 textos.

Canción de cuna para un vestido

Un buen día me dijo que quería ser padre y me compró un anillo. Yo tenía aprendida la respuesta en la herencia genética de mi madre y me compré un vestido. Negocié con un cura el precio de la bendición divina, atraqué a mis padres y a los suyos por una fiesta de la que apenas me enteré, y me vi desnuda una mañana en una cama de hotel a diez minutos de mi casa. ..."

¿Cómo inventar una bitácora de lo intangible? Del realismo mágico, de la mística, de la autoayuda, del realismo sucio. De los antidepresivos, de lo digno de anotarse, de un puñado de sonrisas y de sentimientos. El último renglón de lo intangible.

Rocío Díaz Gómez
7 de marzo de 2012