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viernes, 31 de enero de 2014

19ª Jornada/VII año: Miércoles, 29 de enero de 2014

En la imagen: Javier Díaz Gil, Mercedes, esposa de Cristóbal  y Cristóbal López de la Manzanara
El poeta Cristóbal López de la Manzanara 
en la Tertulia Rascamán

La Tertulia Rascamán recibe hoy, último miércoles de enero de 2014 al poeta Cristóbal López de la Manzanara. Hoy, día en que la Tertulia comienza nueva etapa reuniéndose en el café Comercial de Madrid aunque sólo por este día, pues nuestro lugar de reunión estable será a partir del próximo miércoles el local del café-librería La LIVRERÍA.

Agradecemos al café Comercial hoy su hospitalidad y amabilidad y a Cristóbal y a su mujer, Mercedes, su presencia en la Tertulia.

Al Comercial hemos acudido un buen puñado de rascamanes a escuchar a nuestro invitado: Mª Antonia Copado, Rocío Díaz, Paloma Hidalgo, Cinta Rosa Guil, José León Cano, María Juristo, Aureliano Cañadas, David Lerma, Paco Fenoy, Javier Díaz, Fede Monroy, Vicente González, Leo Varela, Mª Jesús Briones, Carmen Frontera y Paloma Sánchez.  

Después de acomodarnos en una salita de la segunda planta del Comercial y de pedir nuestras consumiciones empiezo presentando a Cristóbal con la siguiente reseña:
Cristóbal López de la Manzanara.

Nació en Membrilla (Ciudad Real) hace 56 años.
A los 17 años, se marcha a Madrid a realizar estudios de Farmacia. Se licencia y desde 1982 tiene abierta farmacia en Getafe. Es tesorero de la Asociación de empresarios de Farmacias  de Madrid y Secretario de la Asociación de Usuarios de la Salud.
A finales de los 70, en su época universitaria, funda las revistas Alacena y Calicanto. En Madrid es miembro fundador de la Tertulia Poética Buen Retiro y actualmente es subdirector de la revista Cuadernos del Matemático, de Getafe.
Amplia su formación licenciándose en ciencias Políticas y en Sociología y es autor de la tesis doctoral, que está escribeindo, “La Poesía española: exilio interior, exterior 1927-1977. Poesía y cambio social”.
Define su poesía como “poesía sociológica”, quizá porque siempre tiene al ser humano como referente.
Desde los quince años, poeta precoz, ha obtenido más de una decena de importantes premios literarios en Certámenes  nacionales e Internacionales.
Tiene cinco libros publicados:
-          Episodios de la sed, (1988), por el que consiguió el Segundo Premio Internacional de Poesía Amado Nervo, 1991.
-          Las Pesadumbres del Ozono, (1991)
-          La voz entre la palabra, publicado por la Diputación Provincial de Ciudad Real, (1998);
-          El cajón de las formas, 2009
-          El libro de los olores, que se publicará en este 2014
Está antologado en Cuba y Argentina y, recientemente, en una antología de poetas manchegos, Mar interior, que recoge algunos de los autores más importantes de Castilla la Mancha.
Nos añade Cristóbal que está escribiendo dos nuevos libros que llevarán por título "Diarios transferibles" y "Poemas para enseñar".
Nos explica también por qué la revista de la que es subdirector se llama "Cuadernos del Matemático", pues nació por iniciativa del poeta Ezequías Blanco, profesor de Literatura del instituto de Getafe "Matemático Puig Adam". Cuenta la anécdota de que en cierta ocasión el Ministerio de Cultura les contestó que no daban subvenciones a revistas de ciencias exactas.

"El libro de los olores" lo publicará con Vitruvio en 2014, este año.
Inicio yo la lectura de los textos de Cristóbal con un párrafo de un texto en prosa poética escrito conjuntamente con Pilar Atochero y que obtuvo el premio Relato Breve de la Mancomunidad de La Mancha, 2010 y que se titula "Cuentagotas de agua y poesía". Es un texto épido que habla sobre el problema del agua de La Mancha.

Dice Cristóbal que hablar de uno mismo es un acto deshonesto, autor de varias poéticas, concluye que la poesía es un deporte, todo lo que no sirve para nada es un deporte. La poesía tenía sentido cuando los poetas eran periodistas de los acontecimiennos.Ahora somos cuidadores de la Poesía.

Comienza Cristóbal, con la ayuda de su mujer, Mercedes, a leernos poemas de su primer libro publicado "Episodios de la sed" (1988)
 
Lleva una cita de Luis Cernuda que define la idea del libro y la influencia de los poetas simbolistas.
Comienza leyendo "Tríptico entre el niño y el poeta maldito".

Este libro, dice Cristóbal, era de cuando creía que la Poesía era más sublime. Estaba estudiando Farmacia en esa época, no había ambiente poético y "se aburría con los carbones".

Continúa la lectura con "Blanca"

Son poemas escritos con 18-20 años. Escribía en su inicio sobre el paisaje de La Mancha, pero llega a Madrid y Madrid "le mata y le equivoca constantemente".
Aspira el poeta llegar a través de la ética a la estética y viceversa.

Turno para un poema de amor "Poema de amor ciento cuarenta y uno", que su hermano utilizaba para ligar, nos confiesa.
Buen humor y mejor conversador, nuestro invitado.
Lee de nuevo el poema en voz alta nuestro compañero León.

Un nuevo poema cuyo principio dice: "La muerte enseña su boca en los arcos de medio punto de las adormideras".

Cristóbal siempre acaba sus libros con una cita o un poema que marcará el camino de lo que puede ser el próximo libro. Así, nos lee el último poema del libro "Nocturno en sí", inspirado en el Retiro, tiene la estética de la movida.

En 1991 publica su segundo libro "Las pesadumbres del ozono".
Hace 10 años que no lee de este libro, le es tan extraño, dice, como para nosotros.
Habla desde lo cotidiano para llegar a la poesía. Indaga a través del conocimiento para llegar a la poesía.

De este poemario nos lee "En esta época que duele como lunes".

Nos comenta que escribe de crisis en crisis.Que no le gusta enviar sus libros a premios, si no le premian busca otra forma de publicarlos y lo manda a editoriales.

"Me acabo de pinchar los ojos" es el segundo poema que escuchamos.

La poesía de la experiencia se le queda pequeña porque él es un poeta bastante barroco.No critica ninguna Poesía que esté bien hecha, venga de donde venga.

El siguiente poema, nos lo lee Mercedes, es "Me he puesto a pegarme con el día". De este y de algunos otros más tenemos el vídeo. Os lo dejo aquí para que lo disfruteis.



ME HE PUESTO A PEGARME CON EL DÍA

Me he puesto a pegarme con el día
y me da la vergüenza de cara
al arañarle las auroras
que tiene vendidas
como si culpables fuéramos desde el Génesis
por un capricho de Dios.
No me queda más que retorcerme el alma
y callar la presencia que me inflama
arrepintiéndome desde estos laberintos de brea
donde esputan bocinas su demencia.
 
Le pregunto a Cristóbal si se identifica después del tiempo con sus poemas. Con unos sí y con otros ya no.
Dice que apenas se lee poesía, entre los poetas nos leemos pero que es "un cambio de cromos: me lees, te leo".

Un nuevo poema escuchamos: "Mini poema para nosotros"

Cuando estoy alegre no escribo, nos dice. Por eso, insiste, los libros nacen, los escribo de crisis en crisis.
Los poemas que ahora nos lee son más urbanos:
- "Muchacho de semáforo"
- "Andén de metro"

Nos habla de los poetas Fenando Beltrán o Miguel Galanes, con los que compartía entonces la misma estética.
Leo yo, para que nos sirva de pista para el siguiente libro, el último poema de éste: "Paisaje urbano".

Pregunta Paco Fenoy qué otros poetas urbanos le influyeron. Bukowsky, Walt Witman, nos contesta.

Su tercer libro publicado es "La voz entre la palabra" en 1998.

Este libro lo escribió después de estudiar Sociología.
Él define su poesía como poesía sociológica. La diferencia entre poesía social y sociológica es que no se trata de crear conciencia sino enlazar más con el ser humano, tiene una función pedagógica.
Los sociólogos son fotógrafos de la realidad.

Lee "Los escombros de la Victoria", poema que enlaza con el libro anterior y comienxa con estos versos:

La victoria es tan solo vasos de alcohol
agarrados a las estanterías...

El siguiente poema es "La ausencia", poema de amor en el juega con la idea de la droga y el amor. De él tenemos también testimonio grabado, leído por su esposa Mercedes:



LA AUSENCIA

En esta tarde membrillo que se resiste
no se ha puesto la sobredosis de sus labios
esa que le muere al instante
y le inaugura el alma
rompiendo cronómetros de patios de labranza
que el pasado hincó en sus rodillas.
Anda con el síndrome de abstinencia a cuestas
del delirio tremendo propagado por el vino
que el amante abastece.

Y en este soliloquio se retuerce
porque no puede con la consumación
suministrada por el polvo del olvido.

 Nos lee ahora una poética, "El poeta dice".

Y nos cuenta después que otro amigo, Teo Serna, y él, ambos poetas, cogieron los elementos de la tabla periódica y escribieron cada uno un poema con su versión del elemento. Es una especie de juego de alquimia.

Nos lee "Ca" (Calcio), un poema que es la muerte, en definitva.
Hicieron un recital bajo el título "El amnifiesto metálico".

Su cuarto libro es "El cajón de las formas" (2009), es un libro como un cajón de sastre: la primera parte todos los poemas dedicados a elementos de la Farmacia.

Como muestra este "La probeta", que leyó Cristóbal y a continuación repite la lectura nuestro José León.



LA PROBETA

Bártulo tan sencillo como el vaso
donde trasiega el pulso con pericia
y nos da en el volumen la noticia
de un licor que se comba en su traspaso.

Le espera la bureta. Paso a paso,
y gota a gota el líquido acaricia
la acidez vertical, la que se oficia
en la mancha carmín, nube de raso.

Cacharro que de humilde no precisa
para medir destreza ni oropeles.
Es su peana una ala de sombrero

que le sirve de base y de repisa
para perder sus químicos papeles
y tornarse el cristal en violetero.

Tras "La probeta" llega la lectura de otros sonetos en los que el Hombre no está, nos dice Cristóbal:

- "El inyectable"
- "El jarabe"
- "El mostrador"
- "Las recetas"
- "El genérico"

Turno después para "El leucocito", que lee María Juristo y "La plaqueta", Yo leo "El hematíe"

En la segunda parte del libro hay un reencuentro con el paisaje de La Mancha:

- "La vendimia"
- "La copa" (hay poemas también a la tinaja y al tonel)

Cristóbal, nos dice, bebe cerveza, aunque sea una traición como manchego.

- "El trabajo", es un poema dedicado a las mujeres que acaban en un prostíbulo de La Mancha.

Después, hay una serie de 5 poemas dedicados a cada una de las letras de la palabra DOLAR, que son un homenaje a los emigrantes. Nos lee la "O" y la "R".

Para la última parte del libro escribió nuevos sonetos, dedicados esta vez al paisaje de otras regiones españolas. Escuchamos "Galicia", "Cantabria", "La Mancha", y "Andalucía" leído por nuestro poeta gaditano Federico Monroy.

En esta intensa tarde, absortos escuchando las palabras y la conversación del poeta, es el turno del quinto libro, que aparecerá en este año 2014. "El libro de los olores".

Interesante propuesta la de Cristóbal. Plasmar en un poema lo olores. Escuchamos y olemos en el café Comecial los olores a ropa, a libro, a casa, a despacho, a noche. Olores a piscina, a la primera casa, a viaje, a desengaño, a Paz.

Leído por Rocío Díaz es este "Olor a limpio" que escuchamos en este vídeo:



Hay un último libro del que Cristóbal nos quiere hablar dedicado a un personaje popular de Getafe: Curro Chamusca. Seis poetas han intervenido en el libro publicado por Amargord. Francisco Fernández Rodríguez, “El Chamusca”, es un personaje vecino de Getafe cuya vida, aventuras y milagros han logrado atraer la atención de los poetas Ezequías Blanco, Cristóbal López de la Manzanara, Diego Mirallas, Matías Muñoz, Chema de la Quintana y Manolo Romero.

Es un libro festivo del que nos lee:

- "Los piropos de Curro Chamusca"
- "Los amores de Curro Chamusca"
- Una elegía titulada "Tiempo de agua"...

Cristóbal López de la Manzanara es un poeta sabio y dotado para la fotografía. La fotografía de la vida que transcurre a su alrededor y que el convierte en palabras y en espejo en el que mirarnos.

Poeta sabio y humano que sabe cómo dejarnos buen sabor de boca leyendo, para acabar este encuentro de la Tertulia con él, en este miércoles pasajero en el Comercial, el poema "Olor a Paz"

Muchas gracias Cristóbal López de la Manzanara, hemos aprendido mucho contigo y gracias, Mercedes, por acercarnos en tu voz la poesía certera de Cristóbal.

Javier Díaz Gil
17 de febrero de 2014









CODA: Algunas fotos, testimonio del encuentro de hoy de 
Cristóbal Lóipez de la Manzanara en la Tertulia Rascamán













domingo, 26 de enero de 2014

18ª Jornada/VII año: Miércoles, 22 de enero de 2014

...no me extrañaría que un día no hubiese el suficiente espacio 
en el café Ruiz para la Tertulia Rascamán.


LA BITÁCORA DE RASCAMÁN

El día 22 de enero de 2014, se celebró la tertulia en el café Ruiz, como es habitual en las tardes de los miércoles. Este día que señalo, tuvo la afluencia de 22 contertulios. Probable que su número se debe no solo a la calidad de sus prosistas como de sus versificadores, sino a que es una auténtica tertulia, porque ésta prima al taller. Tertulia sin cortapisas, abierta y con humor. Donde las tres horas se pasan tan agradables, que dejan la sensación, de como si se hubiera estado una sola hora.

Los prosistas a tal su calidad que sin duda todos ellos, desde la A a la Z, son dominadores de sus trabajos en lenguajes concisos y clarificadores. Como fue tanta la concurrencia señalaré algunos para no hacer pesada esta bitácora: Paloma, llena de premios muy merecidos por sus relatos cortos o muy cortos que, a pesar de estar sintetizados al máximo, están llenos de claridad para cualquier mente meridiana; Horacio, contertulio argentino, igualmente dominador de su trabajo, nos presentó un capítulo de una novela, de frases cortas, con juegos de pro y contra; limpias y sin ningún artificio para la galería; Rocío, igualmente dominadora del relato largo y a tanto su dominio, que da la sensación, como de un don natural; y como nunca había oído a Vicente, me dejó igualmente sorprendido en su buen hacer.

En los versificadores, hay un manojo amplio de un 75 a 80% de primera calidad. Como por ejemplo, León Cano, que nos deleitó con dos poemas, dejándonos un recreo en los oídos y en la mente. Javier, no se queda atrás en la calidad de esa primera línea, y aunque el trabajo que presentó no era suyo, como sabe distinguir lo bueno, nos congratuló con un estupendo poema de una poeta, Ada Salas. Como igualmente disfrutamos de la poética de Alma, concisa profunda y cadenciosa. Carlos Ceballos, un dominador del ritmo. Cinta, nos presentó unos poemas cortos concisos y acertados. María Antonia, nos presentó un trabajo lleno de gracia y picaresca, del cual disfrutamos, como generalmente de todos sus trabajos por su hacer personalísimo. Como igualmente fueron aplaudidos el resto de los trabajos por sus aciertos; como los de María Juristo, Isabel Morión y Paloma Sánchez.

Entre la calidad de los trabajos y los ratos agradables, no me extrañaría que un día no hubiese el suficiente espacio en el café Ruiz para la Tertulia Rascamán.

Francisco Fenoy
23 de enero de 2014

sábado, 25 de enero de 2014

17ª Jornada/VII año: Miércoles, 15 de enero de 2014


 Los colores de la bitácora

Asistentes:
León, Cinta, Fede, José Mª, Mª Antonia, Rocío, Paco, Isabel, Javier, David, Alma, Ana, Mª Jesús.

Quise pintar. Preparé pinceles y óleos, lienzo y caballete y abrí las ventanas que dan al patio de luces de mi imaginación.

 Pero las letras escogidas por León para su cuento de Navidad, las que tomaron forma de tiovivo, las que se adueñaron de un nombre propio, Laura y festejaron, que la vida se empeña en abrirse paso, entre pastelillos, empiñonadas y otras delicias para deleite de todos, esas letras digo, se hicieron fuertes en el pincel. El resultado, un cuadro dulce.

Las acuarelas me llamaron desde el fondo del cajón donde las guardo, y las coplas de Cinta, vestidas de Doñana, de marismas y de alegría se apropiaron del papel para plasmar su frescura.

Fede, Ser por otro Ser, retumba en carboncillo, en escala de grises, desbordando poesía y filosofía a un tiempo. En manos que buscan, en luces, en exquisita composición.

Las cretas, con sus matices profundos y cálidos se adaptaron al poema de José Mª, piel, y todo el amor que él depositó en cada palabra.y se apropiaron del volumen de sus versos; encontraron la esperanza.

Surge entonces el blanco, el blanco titanio de un AHN (Abominable Hombre de las Nieves), que como un gran copo ocupa las páginas del libro que lleva su nombre, y las lecturas de Begoña y Ana en portugués.

Del blanco al rojo, al carmín de una boca insaciable que Mª Antonia desata en su poema Corazón; al rojo alizarina de un encuentro ardiente, al rojo inglés, elegante siempre, de un final que oculta secretos, y latidos.

Ocres, Sienas tostadas y tierras después, cuando Isabel recita su Te borraré, que evocan un pasado feliz, un presente difícil en el que olvidar toda esa felicidad cosechada; y un futuro frío, sin trazos del amor dueño del tiempo. Y azules, que Tumba de agua derrama en plena sala.

Vuelven los carboncillos de la mano de Rocío, Soy de Piedra, y pintan una Dama de Elche ajena a los estragos que otras esculturas han sufrido, lista para el consumo infantil.

Que dan paso a los acrílicos, los brillantes colores que impregnaron la década de los ochenta, cuando Paco publica Aniversario,  sobre el Ché, y En la Plaza, un poema que ensalza la unión ciudadana para frenar las sinrazones políticas.

Con Javier llega la lluvia, la lluvia azul, la que huye del polvo, la que trae la vida en los versos siempre hermosos del poema Lo que importa. Un homenaje que cala.

David nos lee un fragmento del Manual de Literatura para caníbales, nos lleva al romanticismo y allí, infiltrados, disfrutamos de su compañía, de sus rarezas, de sus manías y de los gustos de una época que marcó estilo. Y de los tonos pastel que como las Bailarinas de Degas fluyen en el ambiente.

 Para volver inmediatamente después al terciopelo del óleo, a la mezcla equilibrada entre carmín granza y  trementina que, Alma y sus versos sin título, reclaman para la sensualidad que los envuelve.

 De los pinceles a los pasteles, al tacto agradecido de la pintura en las manos. Ana lee poemas de Juan Gelman,  uno de ellos lleva por título El juego en que andamos, motivada por la desaparición del poeta, y nos cuenta confidencialmente la forma en que conoció la obra de Gelman. Ana y su vivacidad.

María Jesús sacó de sus papeles una docena de Caperucitas y otros tantos lobos que corrieron a sus anchas por la sala, y dejaron la traza de sus andanzas en carboncillo, que el rojo de la capa de la niña, pedía un cambio.

Paloma Hidalgo
22 de enero de 2014

viernes, 24 de enero de 2014

16ª Jornada/VII año: Miércoles, 8 de enero de 2014

Coplillas: "...de cuando los rascamanes / se comieron un roscón"


Estas modernas coplillas
no son más que la canción
de cuando los rascamanes
se comieron un roscón.

Esto fue un ocho de enero,
yo lo recuerdo muy bien,
porque allí estaba Rocío,
María Antonia y don Javié.

Alma, Paco y Juan Antonio,
Isa Morión y Aureliano,
David, Paloma y yo misma,
que esa vez llegué temprano.

María Jesús llego luego,
aunque un poquito antes de eso
también vinieron al Ruiz
Ana y su tarta de queso.

Del roscón al primer corte
la sorpresa se hizo ver,
mas no sería esa sola
la gran suerte de esa vez.

Pues María Antonia Copado
nos presentó a su muñeca,
Paco Fenoy, luna dulce,
Javier, la luz del poeta.

Juan Antonio poetizó
el final del año trece
y Paloma se hizo un árbol
que su ilustrador florece.

Alma Pagés con su prosa
a buen vino nos convida,
María Jesús a un ibérico
con el que muy bien marida.

El vacío tecnológico
Ana Gonz  va a criticar:
no escribimos ni a los reyes,
¡enviamos un whatsapp!

Y con estas cuatro líneas
doy por hecha la canción
la bitácora tardía
de la tarde del roscón.



Ana Delgado Cortés
9 de febrero de 2014

domingo, 19 de enero de 2014

15ª Jornada/VII año: Miércoles, 18 de diciembre de 2013




Un paseo en gónada bajo la Torre Infiel


-¿Y ahora me tengo que coger un metro hasta Bilbao? ¡Venga ya!

Sin pretérito, este vagabundo omnipresente pasa la mayor parte del año recluido en algún recóndito lar hibernando paradójicamente los meses de buen tiempo. Se trata de una especie muy extraña, mitológicamente ausente que por no tener, no tiene ni corporalidad. Por estas fechas, cuando su agenda está tan cargada que le pincha dolorosamente el vientre, despierta de súbito para atender todas las citas dictámenes de los grupos de amigos que buscan una mano inocente justiciera que actúe incondicionalmente bajo posibilidad de devolución por disgusto y decepción navideña, siempre y cuando se conserve el correspondiente ticket.

A eso de las seis de la tarde nuestro querido amigo se encontraba agasajado debajo de una mesa picoteando galliforme las migas de patata que se iban cayendo de las bocas. Cuando uno es invisible poco importa mantener la línea. Indiferentes los tertulianos que iban llegando depositaban los regalos en una gran bolsa de plástico opaco custodiada por el que parecía ser el líder de la manada.

-Qué gatitos más monos los madrileños trepando las murallas musulmanas, ¡Madrid es una ciudad con 2 millones de cadáveres! Ahora discuten sobre filosofía de la ciencia. ¡Lo que hay que oír!

Al tiempo León recomendaba al más joven de los allí presentes que leyera a Bertrand Russell, será que no tenía suficiente con Nietzsche y su ciencia alegre. Un resumen de La gaya ciencia exigió Celeste, el dulce de leche de Goya. Tamaño apuro castaño para el pobre chico que no sabía por dónde empezar, hacía ya mucho de sus primeras lecturas pensativas. Alma apareció providencial sobresaltada por el paso de la patata caliente, que acabó rebotando en la mesa. Fenoy escéptico creía que lo que parloteaba someramente eran sus apuntes de Historia de la Filosofía.

-Estos poetas… Ya lo decía Pablo García Casado, la vida de los poetas ha dejado de ser espectacular. Hacen lo mismo que todos; van al cine, se lavan los dientes, envían correos electrónicos… ¿Dónde quedaron las melenas al viento, principios de autoridad?

Si no fuera por León los tertulianos se quedarían sin saborear tres cuartos de las películas desapercibidas por el comercialismo de los cines abandonados que quieren rentabilidad. La gran belleza, recomendación encarecida.

-¡Oye, pues ya que me puedo colar en cualquier sitio, habrá que verla!

Lee una antología, más en concreto, sus ya conocidos haikus elementales: Aire, Tierra, Sol, Luna, Estrellas. Tejiendo encajes, la gota de lluvia es el ojo que inventa el cielo para mirarse. La primavera sueña bajo la nieve, bajo el Sol óvalo donde la luna mama los vientos y un canto al universo es una tiza de astros.

-Simplemente, qué hondo sentimiento, qué impacto rotundo a eco, qué rival para mi invisibilidad…

Al paso que arribaron Carmen F. y Paloma H. con su particular victoria onicofágica y su muestra para el Poesario, un áureo relato entre alas blancas, -¿quedarían mejor negras? María Antonia discutía con León sobre el pasado triste y la necesidad de acabar lo que se empieza desprendiendo esa carismática seriedad de la boca pequeña.

-A mí me da que este señor con gafas no sabe jugar. ¡No hombre, el regalo no se enseña! ¡Madre mía…! Pues a ti te va a tocar éste.

Aureliano se deslizaba cantosamente por el local no atendiendo al protocolo general del amigo, tenía prisa, cogió su regalo, una taza de Sherlock y un juego de escritura.-Al final le habrá hecho ilusión y todo. El grumete de la tripulación lanzaba su décimo intento de unificar ciencia y poesía con su poema Gnoseología, imágenes a discreción. El vestido de los neutrinos, el abrazo de los números naturales, la pregunta número cuatro sobre el microscópico azul de azucena. -¿Quién necesita de experiencia? Cinta percató la sobrecarga natural e inconsciente de la esdrújula en la obra del joven.

-Cómo se habrá tenido que aburrir en clase de Física este chico para escribir tal experimento.

Llegaron Paloma S. y Ana G. con una botella de aguardiente de hierbas y otra de crema de café. Si no fuera por la fidelidad del miércoles a las seis de la tarde a más de uno ya le habrían prohibido la entrada en el Ruiz  por no pedir nunca consumición fomentando la compartición en negro.

-¡Toca la campana! ¡Tócala otra vez Javi!

Javier esta vez trajo de la mano no presencial a Marta López Vilar y su poemario Sombras y sombreros olvidados. Aprende sombras, el cuidado de la huella. En la habitación la luz deshabita, nunca hay vacío equivocado. Te pido volver al aire, ven amor que solo esta cama podría hacerte eterna. ¿Qué esperamos en esta esquina de la aurora? Palomas muertas cantan cuando la completitud de los cuerpos. Después, entre tú y yo la vida se ha perdido. Epílogo, mi cuerpo ya no te recuerda, se destruyen ángeles. Nunca más hablarán de nosotros…

-Qué nivel de sensación tan penetrante, ingravidez amorosa plagada de sombras angelicales… Brillante.

María Antonia aventuraría su mente con la prosa limítrofe a la poesía, El hijo del unicornio. Un mitológico cuento cargado de preciosismos y colores azules, lleno de paraíso; que evoca el bello cuerpo deidad de la mujer del lago y su relación con Zeus.

-¡Di que sí María Antonia! Que es fantástico y hermoso, elegante y puro, que es precioso.

Le toca a Fenoy y sus pesadillas placenteras. Año ochenta y tantos, la fábrica ausente de socialismo, con sus inodoros ordenados, compañeros estúpidos, aspavientos de la mierda amarilla. Una ausencia vaga por el pasillo interminable. –Normal que tu jefe se cabreara contigo, ¿y encima ibas poniendo tus poemas por las paredes? ¡Vaya pieza! La ciudad, algarabía vacía, perros, el enajenamiento del proletariado y más perros. Una res es una cosa… Enumeraciones sencillas. Asco de traficantes, asco de gusanos que devoran a otros gusanos. Los políticos son los vampiros diurnos, cerdos voluptuosos. Mierda de perro. -¡Bestia! Rojo sobre negro. Cementerio, peste y muerte. Soledad. Sombras fantasmales. ¡Fraticismo! Tras las tumbas solo hay ceniza. Dialéctica mecánica, dialéctica interna. Africanos que avasallan todo el continente. Los cuatro jinetes del hambre…

-No, si al final va a resultar que de todas las dialécticas que conozco la que me falta es la mecánica. La dialéctica interna no existe, son los padres.

Le tocaba a Celeste con un poema de esos que no tienen fecha de caducidad. Simplemente vivo. Miro el calendario, 1 de diciembre, suspiro. Echar una ojeada atrás, cuento las experiencias de este año, las personas desaparecidas. Agradezco a la vida la misma vida, agradezco a los años mis años. Trabajo para el próximo, tener tiempo para pensar. Encontré un ángel, evolucionó mi alma, viví involuntariamente en libertad. Hice inventario de sueños… Sí, era diciembre.

-Los poemas realmente buenos son inmarcesibles.

Paloma H. tiró de tableta. Hijo político. Todos tenemos un mecánico de cabecera que nos mira la presión y las pastillas. Llaverizo, deberíamos hacer un intercambio de llaves, ya sabes… las que tenemos del otro. Puedes quedarte las otras: la maestra, la de contacto, la de paso; he blindado el corazón a prueba de todas ellas.

-Esta mujer es un portento del microrrelato… ¿Cómo con tan poco se pueden inducir tantas ideas?

Apareció Carmen F. y María Jesús. Paloma S. con su intensa transmisión espiritual les regaló otro fragmento de su obra. Volar, tan solo un día como hombre, sobre la ciudad de relojes. Acabo de ver a uno sobreviviendo.  ¡Cuánto de lo que escribo es mío y solo mío! Ves ojos cerrados. Ser tiempo y memoria. Fábula es una forma de estar en pie. La última escena se llama catástrofe.

-Tantos martillazos de afirmación me encandilan… ¿Ya os vais? Y yo que me había quedado con ganas de más letra dura… Supongo que la próxima vez que organicen un amigo invisible me debería llevar una libreta… Por si las moscas.


Andrés París
19 de enero de 2014